El Pasado domingo, en la costa de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, una ballena franca austral (Eubalaena australis) saltó y cayó sobre el mástil de la vela mayor de un velero que navegaba por dicho sector marítimo.
El enorme cetáceo de unas 40 toneladas de peso, se acercaba al yate dando saltos en el agua, al tercer o cuarto salto la ballena cayó sobre el yate, destruyendo y arrastrando consigo su mástil y el techo de la cabina, antes de volver al agua, dejando detrás de sí trozos de piel y de grasa. Eso no es un comportamiento normal de un cetaceo si no estaba defendiendo su cria o huia del acoso de un barco.
Sus tripulantes salvaron milagrosamente sus vidas. El incidente ocurrió en Hermanus, un destino turístico a 80 millas al este de Ciudad del Cabo.
Las autoridades costeras sudafricanas investigan si la ballena había sido hostigada por los ocupantes del yate, hecho que podría ser la causa de una reacción de semejante virulencia. Esto fue confirmado por varios testigos, que señalaron que un bote inflable y un yate habían estado hostilizando a la misma ballena justo antes del incidente.
La agencia de protección marina y el departamento ambiental de Sudáfrica confirmó que se había iniciado una investigación porque indican que una persona estaba deliberadamente navegando hacia la ballena, molestándola ya que tenían testigo presencial del incidente. Las ballenas franca austral son comúnmente vistas en el lado Atlántico de Ciudad del Cabo en esta época del año, cuando llegan a sus costas a parir y cuidar las crías desde junio a diciembre. Miles de turistas acuden a los balnearios de la región cada año para avistar a los mamíferos durante el invierno de África del Sur. Las leyes de protección de ballenas en Sudáfrica, exigen a los veleros estar a más de 300 metros de las ballenas y alejarse del lugar si las ballenas se aproximan a ellos.
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