Revisando mis feeds y alertas, me ha llegado un artículo que plasma de forma bastante clara el gran problema que tienen los Eventos Náuticos de Competición.
Bien es cierto que este problema se sufre más en España que en Francia o EEUU, por ejemplo, unos por su pasión a los deportes náuticos, otros por su gran ambición en el desarrollo de eventos patrióticos, pero la realidad es que ni la Barcelona World Race, ni la Volvo Ocean Race, ni la Audi MedCup, como puntas de lanza, están consiguiendo consolidar este deporte entre la ciudadanía española.
Cual es el problema, la «Socialización de la Vela». Todos los promotores de estos eventos náuticos se siguen mirando el ombligo, pensando que son un hombre/mujer de 20 años con todo bien puesto y con el estereotipo de belleza más en vanguardia. No, señores, no. Eso es el fútbol y sólo el fútbol. La vela, es la chica/o guapa/o de los deportes náuticos pero nada más.
Con ese egocentrismo, es normal que sigamos cometiendo errores de base y nucleizando este deporte, condenándolo a estar fuera del cajón de los ganadores.
Los promotores se defenderán argumentando que han pasado unos cuantos cientos de niños por sus Village y que les han explicado que es la regata, blablabla, blablabla.
Pura retórica.
Un ejemplo. El pasado martes estuve en la Expo de la Barcelona World Race. Después de visitar el village y comprobar que estaba más vacío de lo que me hubiera gustado, reunirme con algunos compromisos y saludar a algunos amigos, me encontré a un grupo de escolares. Decidí unirme a una charla que estaban teniendo en la «Biblioteca de la BWR». El grupo rondaría los 18 alumnos y un guia-monitor, les estaba realizando una explicación de lo que era la regata. Se la definió y les explicó cual era su ruta. En ese momento, un niño levanta la mano y le pregunta ¿Hay más regatas como ésta? El monitor contestó que no, puntualizando que esta era la única que se realizaba sin escalas y con dos tripulantes.
En el momento que quiso comentar sobre otras regatas que se realizaban, la cosa cayó en picado. Parecía que estuviera hablando del enemigo. Dijo que había una que se realizaba con un solo tripulante y sin escalas (Vendee Globe), y otra con escalas (Velux 5 Oceans). Esta última no quiso nombrarla ya pero cuando se metió en la definición de la Volvo Ocean Race (de su boca no salió el nombre de la regata oceánica más importante en estos momentos), parecía que estaba hablando de una regata sin ninguna trascendencia, como que la que molaba era la BWR.
Por favor, o vamos todos a una o no conseguiremos nada. No se si seguía instrucciones marcadas por la organización o que motivos habría pero resultó lamentable.
La sensación que me quedó es que la BWR utiliza a los niños para cubrir un expediente, sin pararse a pensar que esos niños tienen un padre y una madre, que si al niño le gusta lo que ha visto, atraerá a sus padres para que lo vean y que si a los padres les gusta, es posible que se interesen en salir a ver la salida el día 31, y que en consecuencia, posiblemente, Barcelona pueda vivir la fiesta del mar que realmente se merece este evento. Además del aumento de riqueza que esto conllevaría.
Esto solo es una reflexión en voz alta pero creo que alguien debería tomar nota para llegar a estar algún día a la altura, por ejemplo, de nuestros vecinos franceses, que cuando montan un evento de estos, hasta las abuelas salen a la calle en la Bretaña francesa para hacer crepes y sopa caliente a los visitantes y te defienden la Vendee Globe, la Velux 5 Ocean, la Route du Rhum como el presidente de la clase Imoca 60.
Editor especialista en el deporte de vela, tanto en vela oceánica como en vela ligera y olímpica. Colaborador de prensa deportiva a nivel nacional.