Asociaciones de usuarios y empresarios de las Islas Baleares se unen por primera vez para promover una sonora protesta contra lo que consideran desastrosas políticas del Ejecutivo autonómico. Es por ello que durante el Salón Náutico de Palma se harán sonar cada día al mediodía durante 1 minuto las bocinas de todos los barcos amarrados en la Bahía de Palma.
La protesta, aunque de ámbito autonómico, también apunta al Estado central. Los convocantes critican que los poderes públicos no ven en la náutica nada más que una fuente de recaudación, en lugar de una actividad industrial, turística y recreativa que da empleo directo a 100.000 personas y genera miles millones de euros a nivel nacional (sin contar los beneficios que tiene para la oferta complementaria). Según las diferentes asociaciones, esa incomprensión del sector se traduce en falta de apoyo e incontables trabas para el correcto desarrollo y práctica de la actividad náutica.
Ya en febrero pasado en el l Primer Salón Internacional del Chárter Marina de Dénia puso de manifiesto que los elevados impuestos que soporta el sector del alquiler de embarcaciones de recreo y las restricciones legislativas a las que está sometido está lastrando su competitividad respecto a otros países de la Unión Europea, como Francia e Italia.
Las principales conclusiones que se extrajeron están relacionadas con el exceso de impuestos que merman el desarrollo de una actividad que, sólo en las Islas Baleares generó durante el año pasado unos beneficios totales de 209.689.393 euros, según datos aportados por la presidenta de la Federación Nacional de Alquiler Náutico, Cristina Sastre. En este sentido, Jonathan Syrett, vicepresidente de la Asociación Española de Grandes Yates, aseguró que la aplicación del Impuesto de Matriculación «hace de España el país menos atractivo y competitivo de Europa para el chárter náutico. Por eso no es de extrañar que los grandes yates se vean en otros países europeos como Italia y Francia que sí han sabido potenciar el negocio que conlleva la llegada de estas embarcaciones a sus costas.
Bartomeu Bestard (FENIB): «Prestamos nuestro máximo apoyo a esta protesta. Es una protesta de ciudadanos que aman el mar y que con su afición ayudan a desarrollar la industria náutica y a la creación de empleo. Son navegantes que demandan justamente que la administración pública trate a los usuarios y a las empresas como verdaderos ciudadanos europeos en igualdad de tratamiento en derechos y obligaciones. Nosotros, el sector, venimos reclamándolo desde hace demasiados años. Ahora son los navegantes quienes también toman la palabra para exigir sus derechos legítimos.»
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