Con más de 2000 años de historia, es una de las ciudades españolas que más ha mirado al mar históricamente y es por lo que el Turismo Náutico en A Coruña se puede considerar como uno de sus grandes valores añadidos.
A Coruña es la segunda ciudad más grande de Galicia. Nació situada sobre una pequeña península unida a tierra por un estrecho istmo bañado por el océano en ambas orillas. Esta característica la ha convertido en una peculiar ciudad donde el turismo náutico se llama turismo marinero. Rodeada por el océano por casi todos sus costados, es lo más similar a una ciudad-isla que nos podemos encontrar.
Como urbe, A Coruña resalta por su arquitectura, marcada por la etapa Modernista que ha dejado huellas de singular belleza en sus casas y palacetes, llegando hasta núcleos cercanos como Sada y Betanzos.
Yo recomendaría conocer esta ciudad caminando. Sin prisas y posiblemente con un paraguas.
Mi comienzo ideal de mi ruta de turismo náutico sería visitando el mercado de la Plaza de Lugo a primera hora. Si bien externamente parece más un centro comercial que un mercado, su atractivo está en sus entrañas. Dividida en tres plantas, la planta baja esta dedicada a los manjares del mar, de donde se nutre la gastronomía marinera de media España. Si seguimos subiendo nos encontraremos con la zona dedicada a las famosas carnes gallegas, y finalmente merece la pena llegar a la segunda planta donde tropezaremos, entre otros, con el puesto de Manuela, “muy gallega y mucho gallega”, con las empanadas más exquisitas de la zona, sus hogazas de pan tamaño familiar o con la Torta de Guitiriz. Un espectáculo gastronómico para empezar el día.
Prosiguiendo nuestro camino por Los Cantones y la avenida de La Marina, con sus famosos edificios de galerías, llegaremos a las casas de pescadores que nos acercarán a la plaza de Maria Pita, epicentro de la ciudad de A Coruña y un buen punto de partida para perderse por el casco antiguo, que se tiñe de nostalgia contemporánea y mucho dinamismo, para ser una ciudad norteña.
En las últimas décadas, A Coruña ha vencido un ambiente cerrado y gris heredado de su etapa militar. Sin embargo, decidieron romper las murallas que les impedían ver el mar y volver a exponerse a él. Por ello, ahora A Coruña es una ciudad abierta al océano, amplia, limpia y donde el turismo nautico es tremendamente cosmopolita.
Uno de los iconos más claros de esta apertura al mar que nos podemos encontrar, es su paseo marítimo. Con más de 15 kilómetros, rodea la península de la ciudad, pasando por la mítica e imponente Torre de Hércules.
Esta torre es el faro de origen romano más antiguo del mundo que aún se encuentra en funcionamiento. Con sus 59 metros de altura y sus 242 peldaños hasta la linterna, se eleva 120 metros sobre el nivel del mar, proyectando su luz a todos los marineros que quieren adentrarse en la ría.
Hagamos un alto en el camino en la zona de la torre, ya que se ha convertido en un museo al aire libre muy interesante. Esculturas y piezas arquitectónicas que te sorprenden mientras caminas.
Personalmente me cautivan “Las puertas de Hércules”, hechas de bronce y que dan entrada al interior del faro, la extraordinaria rosa de los vientos de 25 metros de diámetro hecha con mosaicos de tonalidades azules, la “Caracola” que representa una especie de guardián de los sonidos del mar y los “Menhires”, ascéticos y con gran fuerza espiritual.
Pero la Torre de Hércules en algunas ocasiones ha fracasado en su intento de guiar a los barcos hasta buen puerto. Heridas de esos momentos son los pecios del “Urquiola”, del super petrolero “Mar Egeo” o el más novelesco de todos, el mercante “Rytterholm”, donde toda la tripulación, excepto su cocinero (un chino que pese a tener oportunidad de salvarse, prefirió morir en el barco) , fue rescatada antes de que el buque se fuera a pique.
Este último pecio, muy frecuentado por los buceadores, es el único marcado con una boya verde que para los coruñeses pasó a llamarse “El chino”, en honor al cocinero del “Rytterholm”.
No obstante, el protagonismo de la ría de A Coruña está compartido con otra boya. En este caso es roja y se denomina “La Guisanda”. Esta, marca un bajo en la entrada del puerto y es un punto muy utilizado por los regatistas locales.
No son cosa menor estas dos boyas de marcación, ya que son un referente para deportistas y marineros que navegan asiduamente por esta zona. “El Chino”, por ejemplo, es un hito para los navegantes más jóvenes, una especie de bautizo, ya que cuando logran rodearlo por primera vez dejan de ser considerados unos novatos.
Estas aguas son para verdaderos amantes del mar. Debido a sus características, no se suele fondear y lo que se busca es una comunión entre el océano y la persona.
Prosiguiendo con nuestro paseo de turismo marinero, nos encontraremos con las playas de esta ciudad. Mi favorita es la de “La Lapa” a los pies de la Torre de Hércules, íntima y con unas vistas únicas; pero las más populares son las del Matadero, Orzán y Riazor. Playas metropolitanas donde se funden turistas y amantes de los deportes náuticos, que aunque parezca lo contrario, se practican durante todo el año.
Los deportes náuticos más arraigados en esta ciudad gallega son la vela, el surf y el buceo. La vela tiene sus sedes en el Real Club Náutico y en el Sporting Club Casino. El surf en las playas del Orzan y el buceo en los diversos clubes de submarinismo de la ciudad.
En definitiva, A Coruña es una ciudad única, marinera, internacional, y que si decides visitar, no te dejará indiferente.
Este artículo sobre el turismo náutico en A Coruña fue publicado en el suplemento de náutica del periodico español ABC
Consultor experto en Turismo Náutico y deportes de agua. Director del portal Nautical News Today, presidente de la Fundacion Water Sports Plastic Free, presidente del Consulado Internacional del Mar y miembro de la Asociacion Española de Periodistas Náuticos. Colaborador del ABC de la Vela, Onda Vasca, Cadena Ser. Promotor de eventos náuticos y viajes náuticos. Desarrollo proyectos náuticos a nivel global trabajando activamente con empresas y promotores de eventos náuticos.