Decir que Julio Verne fue un visionario y un gran escritor, es como echarle agua al mar. Quizá un poco infravalorado a partir de cierta edad después de la adolescencia cuando todos leíamos sus novelas sin tregua (al menos yo). Sus relatos nos parecían muy actuales aunque en el siglo XIX cuando fue escrita 20.000 Leguas de Viaje Submarino, sonaban como puede ser ahora leer “La Guerra de las Galaxias”.
En la época en que se escribió 20.000 Leguas de Viaje Submarino, la gente sabía de la existencia de los submarinos, al igual que ahora sabes que existen naves espaciales, pero nada que ver con las de Star Trek o Star Wars o Galactica donde pueden albergar una colonia entera de personas, robots y extraterrestres… me estoy yendo del tema.
Si le dices a cualquier joven que va a leer en 20.000 Leguas de Viaje Submarino una historia de aventuras de una tripulación, en un submarino, a lo largo de 20.000 leguas, lo que más les va a impactar de primeras, es lo de las 20.000 leguas (eso cuanto es en kilómetros? – Pues calcula que cada legua son unos 5) pero el resto de la trama parece bastante pasada de moda.
Hay que ponerse en el contexto social y cultural de la época para ver que el submarino de Julio Verne era ingeniería futurista. Estaba inspirado en el submarino francés Nautilus, construido en 1800, si bien el de Verne era un submarino bastante más moderno que los de su época. Pensad que apenas habían dejado de fabricar prototipos que funcionaban a remos y acababan de entrar en la era de la mecánica. La obra de Verne fue una ayuda para que se siguiesen construyendo submarinos cada vez más evolucionados, ya que la mayoría de ellos terminaban en sonoro fracaso. El primer submarino que tuvo un cierto parecido con el que inventó Verne fue diseñado por Isaac Peral en 1890, nada menos que 20 años más tarde de publicarse la novela.
En cuanto a la historia de 20.000 Leguas de Viaje Submarino en sí, se trata de una trepidante novela de aventuras al más puro estilo Verne, es decir, aventuras imposibles (en la época) basadas en descubrimientos científicos recientes y con tantos detalles que parece que realmente ya existieran. De un capitán Nemo que hace prisionero a un biólogo y llevado a bordo del Nautilus junto con dos acompañantes. En esta travesía pasarán por muchos lugares distintos, incluso la Atlántida! Y se utilizarán numerosos inventos que no existían en la época, como la escafandra autónoma, los fusiles de balas eléctricas o las máquinas para producir aire respirable.
En definitiva, vale la pena trasladarse mentalmente al sigo XIX y leer como se hubiera leído en la época este impresionante documento, así que nuestra recomendación es que no te lo pierdas!!!
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Editora del portal online Nautical News Today. Licenciada en Ciencias Medioambientales y especialista en recursos renovables.