La Volvo Ocean Race sigue dándonos nuevos capítulos sobre la desastrosa gestión económica que se realizó durante las últimas tres ediciones de la salida española de esta regata vuelta al mundo.
Si hace unos meses ya empezábamos a dar datos sobre la corrupción que cubría la última salida de la Volvo Ocean Race, ahora salen a la luz cerca de cuatro millones de euros que el gobierno autónomico de la Comunidad Valenciana va a tener que abonar a la organización de la regata por incumplimentos de contrato, intereses y costes legales.
Lo que sorprende es que este evento deportivo con estos vaivenes económicos, siga apoltronado en la ciudad de Alicante. Nos es que la Volvo Ocean Race sea un mal evento, si no que los indeseables que la gestionaban en Alicante, la hicieron suya, y nunca mejor dicho, exprimiendo sus posibilidades hasta la saciedad.
Durante estos últimos ocho años, la gran vaca de la Volvo Ocean Race fue exprimida como si se tratara de una explotación ganadera intensiva, sin ningún tipo de ternura o afecto por lo que esa vaca significaba para los aficionados a la vela oceánica y los ciudadanos de Alicante.
Y para colmo, después de este disparate, los españoles y más concretamente los valencianos, tienen que hacer frente a 3,7 millones de euros por la mala praxis de unos pocos.
De estos casi 4 millones de euros, 914.027,99 euros corresponden a incumplimentos de contratos firmados entre entidades públicas vinculadas a la Comunidad Valenciana como Proyectos Temáticos, intereses de demora generados con dicha sociedad y los costes legales vinculados al mencionado incumplimiento de contrato.
El restante, 2.830.525,67 euros son debidos al acuerdo firmado entre la Comunidad Valenciana, a través de la misma sociedad pública y la Volvo Ocean Race en la que se especificaba que si había pérdidas en el balance de la organización, los tres primeros millones de euros los tendría que asumir la Comunidad Valenciana a través de sus presupuestos.
Sólo hace falta pararse unos segundos a pensar para llegar a la conclusión de que este tema es kafkiano. Un evento que llegaba a España para promocionar un destino – Alicante – y con la comunicación inequívoca por parte de los políticos de turno de que la Volvo Ocean Race iba a suponer un coste cero para la Comunidad Valenciana, ahora se demuestra que la última edición tuvo un defase entre ingresos y gastos de nada menos 18 millones de euros que se están asumiendo de la arcas públicas.
Con estos datos, hace unos meses y supongo siendo bien asesorados por expertos, este gobierno de la Comunidad Valenciana, que nada tiene que ver con los anteriores políticamente, llegó al acuerdo de prorrogar dos ediciones más (2020 y 2023) con Alicante como salida de Volvo Ocean Race, a razón de 22 millones de eurazos por edición.
A mí, por mucho que me esfuerce, estos presupuestos me siguen pareciendo algo disparatados, sobre todo si tenemos en cuenta que la Vendee Globe, la regata oceánica por excelencia, tiene un coste de aproximado de 10 millones de euros, que ni siquiera salen de las arcas públicas si no de los empresarios del sector primario de esta región francesa. A lo mejor es por eso.
Y es que tirar del fondo común, siempre duele menos…
Consultor experto en Turismo Náutico y deportes de agua. Director del portal Nautical News Today, presidente de la Fundacion Water Sports Plastic Free, presidente del Consulado Internacional del Mar y miembro de la Asociacion Española de Periodistas Náuticos. Colaborador del ABC de la Vela, Onda Vasca, Cadena Ser. Promotor de eventos náuticos y viajes náuticos. Desarrollo proyectos náuticos a nivel global trabajando activamente con empresas y promotores de eventos náuticos.