Pasada la cumbre del clima de París, el tema del medio ambiente está de plena actualidad y con ella se vuelven a abrir las puertas para la investigación sobre algas y sus múltiples utilidades.
Esta cumbre del clima de 2015 ha sido la más fructífera en las distintas sesiones en las que reunieron los 195 países participantes. Se ha llegado a un acuerdo contra el calentamiento global y un primer pacto “universal de la historia de las negociaciones climáticas” fijando el techo de las emisiones de gases de efecto invernadero y estableciendo un sistema de financiación para ello. Si bien este acuerdo no es vinculante, es de esperar la buena fe y la aplicación de las restricciones por los países participantes, eso sí, al menos se ha aceptado que existe un aumento de temperatura en el planeta, que ya es un paso.
Aprovechando este espíritu medio ambiental reinante, es un buen momento de comentar un recurso impresionante que tenemos muy a mano y son las algas.
Tienen un uso muy importante como biocombustibles a partir de microalgas y puede ser en un futuro un recurso renovable inagotable, no contaminante y captador de CO2. Se espera que en breve sea los biocombustibles a base de algas sean una realidad.
La concentración de CO2 en la atmósfera define el clima, regula el efecto invernadero y es un factor indispensable para que las plantas (terrestres y marinas) realicen la fotosíntesis. Cuando los niveles de CO2 descienden, la fotosíntesis se realiza de forma más lenta, por lo que las plantas han desarrollado mecanismos de adaptación. Las algas, por ejemplo, emplean y transportan algo así como «combustible» extra, recursos de carbono más abundantes en el océano, como el bicarbonato sódico. Sin embargo, como este mecanismo de adaptación implica mayor gasto de energía y nutrientes, las algas dejan de utilizarlo cuando los niveles de concentración de CO2 aumentan.
Sin embargo el mayor beneficio que aportan las algas a la humanidad es su capacidad de mantener el medio ambiente estable, protegiéndolo de la contaminación.
Los mares ocupan un 96% de la superficie de la tierra, por lo que las algas que habitan en estas aguas, al ser productoras de oxígeno por la fotosíntesis, son las que aportan entre un 30 a un 50% del oxígeno mundial neto disponible para los humanos y otros animales terrestres para la respiración.
En resumen las algas puedes ser usadas como biocombustible, a parte de ser una parte muy importante del ciclo del carbono y proporcionan oxígeno así que esperemos que las investigaciones actuales sobre las algas continúen y lleguen a buen fin.
Editora del portal online Nautical News Today. Licenciada en Ciencias Medioambientales y especialista en recursos renovables.