El bacalao del Báltico occidental está al borde del colapso, mientras que los políticos intentan eludir responsabilidades al respecto.
Si se supiera que hay un recurso natural renovable tan importante en gran riesgo y la única manera de salvarlo fuera detener temporalmente su explotación, ¿qué harías? La respuesta parece obvia: un sacrificio temporal nos puede salvar de un futuro mucho más drástico. Un estado de negación sólo se pospone y perpetúa la catástrofe inevitable.
Dinamarca, junto con Alemania, se llevan la mayor responsabilidad ya que son los dos países de la UE con la mayor explotación del bacalao del Báltico, sin embargo, se oponen tenazmente a las reducciones necesarias de los límites de pesca aconsejados por los científicos.
Otros países, como Suecia y Polonia, reconocen la necesidad urgente de acciones decisivas y recomendaciones científicas.
El año pasado Dinamarca permitió una sobrepesca sustancial del bacalao y superó las cuotas de pesca que los científicos asesoraban en un 23%.
Esta mala gestión de bacalao es económicamente imprudente, ya que está al borde de ser ilegal, y los países de la UE tienen la obligación legal de recuperar las poblaciones de peces por encima de niveles sostenibles para el año 2020 a más tardar.
Sin embargo, los ministros de Pesca europeos continúan promoviendo la sobrepesca, al decidir sobre cuotas de pesca que ignoran las recomendaciones de los expertos.
El bacalao es muy importante comercialmente y ambientalmente es crucial para el Mar Báltico, pero ha sido objeto de sobrepesca durante muchos años.
Los científicos están dando la voz de alarma: el estado de la población occidental está por debajo del límite biológico de seguridad, que garantice su reproducción, ya que la mortalidad es alta y la población se está reduciendo.
Se necesitan desesperadamente medidas restrictivas e inmediatas para evitar un colapso total de la población. Simplemente no hay lugar continuar con la pesca tal y como viene sucediendo.
La situación es tan grave que Oceana reclama una prohibición total temporal de la pesca de bacalao en la zona. Sólo así será posible asegurar la acción es capaz de reconstruir y producir un mejor rendimiento en el futuro.
En un caso similar se encuentra el pez espada en el Mediterráneo.
Los niveles de pez espada en el Mediterráneo se encuentra en una situación muy crítica.
Las décadas de sobrepesca y una ausencia crónica de planes de gestión y recuperación para recuperar los stocks han llevado a un descenso del 70% en la cantidad de pez espada en el mar Mediterráneo.
Tras muchos años, el stock de pez espada del Mediterráneo sigue en situación de sobrepesca y las medidas de gestión que se están aplicando han demostrado ser inadecuadas para alcanzar los objetivos de ICCAT de gestionar el stock en niveles iguales o superiores al Rendimiento Máximo Sostenible.
El stock de pez espada del Mediterráneo sigue siendo poco conocido y los datos están fragmentados; esta situación se traduce en una falta de señales de recuperación claras.
Así, es necesario afrontar los actuales problemas de gestión e identificar el esfuerzo pesquero real en el Mediterráneo: 1) límites del stock, 2) buques activos y 3) capturas accidentales de juveniles.
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Asimismo, hay que considerar que algunas de las Partes Contratantes de ICCAT podrían estar participando en la pesca de pez espada –como Mónaco, Egipto, Líbano, Israel y Eslovenia–, pero no declarando sus capturas a ICCAT.
Si queremos que estas especies den de comer a nuestras generaciones futuras, tendremos que ponernos manos a la obra.
Editora del portal online Nautical News Today. Licenciada en Ciencias Medioambientales y especialista en recursos renovables.