En el día de hoy vamos a conocer la historia del Frigorifique. Un buque, que a la deriva en la inmensidad del océano, apareció como si fuera un barco fantasma para vengarse del navío que le había provocado una colisión. Una historia única y escalofriante que deja a las claras que algunos de los misterios más profundos están en el mar.
La colisión del Frigorifique
En esta ocasión vamos a ir directamente al grano. Y es que cuando el Frigorifique estaba en medio de una espesa niebla en las costas del puerto de La Rochelle en plena costa atlántica francesa, se escuchó repentinamente el sonido de una sirena lejana. Toda la tripulación, incluido el capitán, miraron a un lado y a otro sin encontrar la procedencia de dicho sonido de alarma. Ellos sabían que una colisión podía estar cerca ya que aquella niebla seguramente no dejaría ninguna posibilidad de visión a otros barcos que estuvieran cerca de ellos.
En consecuencia la colisión entre el Frigorifique y el Rummey, capitaneado por John Turner, fue inmediata. Además, hay que decir que el peor parado fue el Frigorifique ya que era un navío de menor envergadura. Así las cosas el capitán no tuvo más remedio que hacer abandonar la embarcación a todos y cada uno de sus tripulantes. Y el destino de todos ellos, de manera casi incomprensible ya que el barco que provocó la colisión no pudo ayudarles, fue que terminaron muriendo en la frías aguas del océano mientas que el Frigorifique quedaba hecho añicos.
¿Un retorno en una brecha del tiempo?
Sin embargo lo más sorprendente estaba aún por suceder. Y es que cuando el Rumney, muy a su pesar, había recuperado de nuevo el rumbo, un sonido se volvió a escuchar en la densa niebla que todavía reinaba en aquella región. Una niebla que llegó unas 24 horas después y que asustó e inquietó mucho a la tripulación del Rumney.
Un ruido que procedía del… Frigorifique. Así es. Como si de una macabra broma del destino se tratase, el Rumney, tuvo de nuevo en frente al navío que acababa de abordar. Un barco que ellos pudieron ver con sus propios ojos que estaba hecho añicos, se erigía totalmente reconstruido, eso sí, sin su tripulación a bordo. En esta ocasión el barco que provocó originalmente la colisión pudo esquivar al Frigorifique.
Quién sabe si todo esto se debió a una brecha del tiempo, a una segunda oportunidad que le dio el destino a la tripulación que capitaneaba John Turner o a una macabra maniobra del destino. Como si el buque que estaba destrozado quisiera tener su propia revancha y ajustar cuentas.
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Periodista colaborador de Nautical News Today especializado en monstruos marinos e historia marítima. Hydra, pez sapo, el lago ness, ….