Los baños de sol están cada vez más mal vistos debido a los problemas con la piel.
Los baños de sol tienen muy mala reputación en nuestra sociedad moderna, aunque está demostrado que la exposición moderada al sol en niveles saludables no sólo es seguro, sino también necesario.
Si bien las quemaduras solares y la exposición solar extrema puede conducir a un aumento del riesgo de cáncer de piel, la vitamina D obtenida a partir de la exposición solar, se ha relacionado con la prevención de otro tipo de cánceres.
La vitamina D en la Prevención de Enfermedades
Un estudio en el Hospital de la Universidad de Oslo en Noruega encontró que los beneficios de la exposición al sol han superado con creces cualquier riesgo.
Otros estudios han encontrado vínculos entre los niveles bajos de vitaminas D y A, y la enfermedad de Parkinson, enfermedades de los huesos, los coágulos de sangre, diabetes, enfermedades del corazón y la presión arterial alta.
En distintos estudios incluso se vincula los baños de sol a la longevidad en las mujeres y a la reducción del cáncer de mama.
La vitamina D durante el embarazo y lactancia
La vitamina D es esencial durante el embarazo y la lactancia ya que los niveles sanguíneos adecuados la vitamina D se han relacionado con reducir las posibilidades de un parto prematuro y el riesgo global de complicaciones.
Los niveles bajos de vitamina D puede poner a la madre en mayor riesgo de diabetes gestacional y pueden incidir en los huesos u otros problemas del bebé.
Diferentes estudios recientes confirmaron que las mujeres embarazadas deberían recibir más sol para aumentar varios marcadores de salud para ellas y sus bebés.
La vitamina D por vía oral y la salud
La combinación de los niveles bajos de vitamina D y la baja ingesta de otras vitaminas solubles en grasas y altos niveles de ácido fítico en la dieta son en parte las culpables de los problemas de salud modernos.
Entonces, ¿hay que usar protector solar?
El uso de protectores solares es muy importante en todo tipo de pieles para evitar daños por la incidencia directa en los baños de sol sobre el cuerpo, aunque no es la única manera de protegerse.
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Los peligros para la piel, sobre todo en las épocas estivales se derivan de la mayor intensidad de la radiación ultravioleta solar y de las altas temperaturas, que reducen la estabilidad de las cremas protectoras sobre la piel debido a la sudoración.
Se han encontrado que los alimentos que se consumen, tienen un efecto directo sobre cómo la piel de cada persona reacciona al sol.
Algunos alimentos, como los cereales y aceites vegetales, pueden hacer que que seas más propenso a las quemaduras solares, mientras que otros como el aceite de coco, hacen que tu piel sea más resistente.
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La dieta puede jugar un papel clave en este caso, pero también es importante tener en cuenta que la mayoría de los filtros solares contienen una gran cantidad de productos químicos que se han relacionado con el cáncer de piel.
En definitiva la deficiencia de vitamina D podría ser una de las epidemias silenciosas más peligrosas de nuestro tiempo, sin embargo, gran parte de la propaganda anti-sol continúa. Hay que valorar que parte nos beneficia y cual no para llegar a un consenso.
NOTA: En ningún caso estos datos deben sustituir la consulta con tu dermatólogo.
Editora del portal online Nautical News Today. Licenciada en Ciencias Medioambientales y especialista en recursos renovables.