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[NUEVOS DATOS] Sobre los cadáveres con signos de brujería encontrados por buceadores

1 septiembre 2016

Los submarinistas del centro de buceo de les Basetes, en la localidad alicantina de Benissa, España, realizaron la mañana del pasado sábado un horrendo hallazgo en las aguas del Peñón de Ifach. Los buceadores mientras realizaban una de sus inmersiones más habituales, se encontraron un bulto envuelto en sábanas que recogieron pensando que era basura. Una vez llegaron al puerto, abrieron el bulto y descubrieron un cadáver humano con objetos que hacen referencia a la brujería.

Descubrimiento de los cadáveres

Pero el sorprendente hallazgo no terminó ahí, horas más tarde, sobre las 16:00 del mismo sábado, un grupo de buceadores de un centro de buceo de la localidad vecina, en Calpe, descubrían otro cadáver envuelto en sábanas, también en la misma zona del Peñón de Ifach. En esta ocasión, como ya conocían el suceso que había tenido lugar por la mañana, no tocaron nada, señalizando los restos con una boya y procedieron a contactar con las autoridades.

Sin embargo, esta increíble historia no finaliza en este punto, sino que el mismo día en una inmersión nocturna, el centro de buceo que encontró el primer cadáver, dio con unos terceros restos que presentaban el mismo patrón que los dos anteriores, envueltos en una sábana y con objetos que apuntan a un ritual esotérico.

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La zona donde se descubrieron los restos humanos está comprendida entre los puntos de buceo conocidos como Roca Plana y el Nido del Águila, ambos muy frecuentados por buceadores y bañistas, situados al final del paseo Príncipe de Asturias, en las laderas del Peñón de Ifach, en Calpe.

La mañana del día de hoy, los buceadores de ambos centros de buceo han estado colaborando con los GEAS, los submarinistas de la Guardia Civil, inspeccionando la zona en busca de pruebas y más restos humanos.

Por ahora lo único que conocemos es que el primer cadáver tendría unos 20 años de antigüedad, lo que apunta a que fue enterrado hasta pudrirse y desenterrado posteriormente para introducirlo en la sábana y lanzarlo al mar con los objetos de brujería, los cuales eran hojas de laurel, ramitas con nombres de personas, plumas y un recipiente herméticamente cerrado con un líquido amarillo, así como un cayado (bastón de madera) partido por la mitad, símbolo del final del camino.

[ACTUALIZACIÓN 29/08/2016]

El primer examen de los restos óseos encontrados en el primer paquete determina que los restos no tienen signos de violencia, que tendrían una antigüedad de entre 30 y 40 años y que fueron desenterrados para lanzarlos al mar entre 48 y 72 horas antes del hallazgo.

El segundo cadáver se encontró a escasos 300 metros de los primeros restos, a 19 metros de profundidad y, según un primer examen forense, en el paquete se encontrarían tanto restos humanos como no humanos, los cuales aún están por identificar a la espera de estudios más exhaustivos. Dentro del paquete también se hallaron objetos que apuntan a algún tipo de ritual esotérico o de santería como un cuchillo, unas cañas, una muñeca, y algunos objetos más.

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Respecto al tercer paquete, después de que los buzos comunicaran a las autoridades el macabro hallazgo, los GEAS no pudieron encontrarlo al volver al lugar, probablemente la mala mar que hubo ayer domingo trasladara los restos, por lo que aún no han podido ser localizados.

[NUEVOS DATOS 01/09/2016]

La guardia civil ya ha identificado a las personas a las que se invocó en este macabro rito, cuyos nombres estaban grabados en las ramitas que aparecieron junto a los cadáveres.

Al parecer, los autores del ritual grabaron a navaja nombres y apellidos de personas reales, que han sido identificadas y son todos vecinos de Extremadura.

Esta nueva pista apunta a que los restos óseos puedan proceder de la profanación de tumbas en Extremadura, pues los responsables tanto del cementerio de Calpe como de los pueblos de los alrededores, han certificado que no se ha violentado ningún féretro.

Buceadores 1

Por otra parte, la investigación señala que los restos óseos recuperados del fondo del mar habrían permanecido enterrados entre 30 y 40 años antes de arrojarse al mar. Su coloración marrón se atribuye a que han estado en contacto con la tierra durante décadas y en los cementerios de Calpe y alrededores no se producen enterramientos en el suelo.

Según el forense que examinó los huesos, no se advierten signos de violencia. Los objetos hallados junto a los restos dentro de las sábanas envueltos en forma de hato, podrían indicar un ceremonial funerario de santería. Sin embargo, desde la Asociación Española de Santería Afrocubana aclaran que nunca realizan rituales con restos humanos.

Los esqueletos se identifican con ritos de sectas y misas negras y satánicas. Sin embargo, la hipótesis de que se trate de algún conjuro cobra fuerza al haberse invocado nombres de personas vivas.

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Por otra parte, la supuesta fuerza telúrica que irradia el Peñón de Ifach, pudo provocar que los autores del inquietante ritual viajasen muchos kilómetros atraídos por su magnetismo místico.

El siguiente paso a llevar a cabo por la Guardia Civil será entrevistar a cada una de estas supuestas víctimas del conjuro.