Sponsor, patrocinio, colaborador,…, Etc. Son las palabras mágicas que unos buscan como un milagro en el segundo tomo del Códice Calixtino y otros maltratan pensando que es un dinero caído del cielo.
De un tiempo hacia aquí, buscar un patrocinio ha sido un trabajo complicado para grandes y pequeños proyectos pero entre otros matices lo que está ocurriendo es que no se ha sabido leer la nueva hoja de ruta que se ha marcado durante estos últimos años.
Han aparecido palabras anglosajonas como el “crowdfunding”, que simplemente se definiría como micromecenazgo o financiación en masa, como nuevas estrategias para captar recursos que realmente están muy bien ya que socializan el patrocinio generando nuevos vínculos entre el proyecto y los inversores pero no es todo oro lo que reluce.
Todo avance es positivo pero cuando empezamos a pensar en un proyecto de patrocinio lo primero que deberíamos preguntarnos es; ¿Qué le puede ofrecer mi proyecto al patrocinador? Y luego, ¿Puede conseguir el patrocinador lo que yo le ofrezco de una forma más económica?
Una vez podemos responder estas preguntas estamos ante la línea de salida para buscar un socio capitalista para un proyecto.
El desafío que muchas veces se encuentran los profesionales del patrocinio es que el deportista, equipo o proyecto que se acerca en busca financiación, viene convencido de que tienen un proyecto increíble, que se vende solo y que cualquiera va a querer invertir. Es fantástico ser optimista pero siempre con una visión autocrítica y pisando con los pies en la tierra.
Después de plantearte, al menos, las dos preguntas anteriores, lo siguiente que sería recomendar realizar es una valoración presupuestaria de lo que van a costar dar los pasos iniciales. Este es un fallo fundamental que ocurre con mucha frecuencia y que hace fracasar cualquier iniciativa de captación de un patrocinador. Y es que la palabra “inversión inicial” no es nada baladí y es necesaria para comunicar una imagen profesional y sensata, muy valorada por cualquier persona o empresa que quiera invertir en un proyecto.
Ya tenemos dos preguntas mínimas que tenemos que responder y una inversión inicial para superar la resistencia al avance de cualquier proyecto. Nuestro próximo desafío sería el equipo. Esta puede ser una de las decisiones más sensibles y comprometidas para el objetivo final. Para ayudarte a seguir adelante, te podría plantear estas dos disyuntivas. ¿Quieres hacer un equipo “familiar” o prefieres ponerte en manos de profesionales para buscar tu patrocinio?
Mi recomendación siempre será ponerte en manos de profesionales. Los equipos familiares y/o altruistas, son más baratos y cercanos pero suelen fracasar en un porcentaje elevadísimo ya que el desgaste de la “puerta fría” y la falta de conocimientos en diseño, marketing o comunicación llevan a presentarte ante tu posible colaborador como un Don Nadie. Y una puerta que se cierra por mala comunicación e imagen, no se vuelve a abrir fácilmente.
Por último, después de este resumen a grandes rasgos sobre patrocinio, una recomendación que a tuve que aprender empíricamente. Plantéate un proyecto de patrocinio como una consecución de pequeñas metas hasta llegar al objetivo final. Si a un inversor le planteas un objetivo a años vista, es bastante seguro que no tendrá perspectiva y desestimará el proyecto. Pero si le pones un “camino lleno de migas de pan” hasta llegar al plato principal, podrás generar motivación extra al proyecto, al equipo y al inversor.
Consultor experto en Turismo Náutico y deportes de agua. Director del portal Nautical News Today, presidente de la Fundacion Water Sports Plastic Free, presidente del Consulado Internacional del Mar y miembro de la Asociacion Española de Periodistas Náuticos. Colaborador del ABC de la Vela, Onda Vasca, Cadena Ser. Promotor de eventos náuticos y viajes náuticos. Desarrollo proyectos náuticos a nivel global trabajando activamente con empresas y promotores de eventos náuticos.