Cuando me comentaron que se habían visto un par de caballitos de mar en aguas de Xàbia no acababa de creerlo por lo que urgía cargar con la cámara y sumergirse.
Así que este viernes enfilamos la barca de Pavlín, de Xtremsub rumbo a la isla del Portitxol de Xàbia, donde en sus proximidades se podría encontrar nuestro amigo. Descendemos más allá de los -15mts y efectivamente allí estaba el caballito, ajeno a la emoción que su presencia despierta entre todos los afortunados buceadores que puedan contemplar en alguna ocasión tan curioso animal. Y no exagero, el caballito de mar Hippocampus hippocampus es una especie verdaderamente rara de ver, puedes hacer cientos de inmersiones en nuestras aguas y no encontrarte jamás con él. De hecho, en Xábia o Dénia hace muchísimos años que no había visto este curioso pez.
La isla del Portitxol
Y no sólo es que sea una especie muy sensible y extremadamente escasa. Haberlos haylos, que se dice, otra cosa es reconocerlos dada su maestría en el camuflaje. Y es que si no es así lo tienen difícil los caballitos pues su lentitud al desplazarse y la carencia de recursos defensivos activos lo convierten en presa fácil para depredadores como la escorpa o el sargo, aunque su mayor depredador siga siendo el hombre que codicia al caballito como trofeo para su acuario (aunque por cada pez que llega vivo al cliente, al menos diez han muerto). Y eso al margen del uso como elemento decorativo tal que llaveros o la aplicación presuntamente medicinal del caballito como remedio contra la calvicie (así lo documentaba Plinio el Viejo en su Historia Natural por el 77 dC) o como milagroso remedio afrodisíaco que considera que los ojos del caballito contienen una sustancia excitante.
El tímido caballito
La buena noticia de su presencia en nuestras aguas se redondea con la circunstancia de que este ejemplar está… embarazado, sí, con o pues en esta especie la hembra confía en el macho la incubación de los huevos, al depositárselos en una especie de bolsa o marsupium situada en la parte ventral de la cola. Entonces el macho los fertiliza y custodia hasta que se produce la puesta que en estas latitudes suele ser entre septiembre y octubre, justo en estas fechas
El privilegio de haber observado el caballito compensó sin duda la fatal inundación del flash submarino. Pero al menos las fotos ya estaban hechas!
Está embarazado
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