Los cenotes mexicanos son uno de los atractivos más potentes de la península de Yucatan debido a su extraordinaria belleza pero durante los últimos años estos lugares, muchas veces paradisiacos, se están tornando destinos peligrosos para aquellos que los visitan.
Las muertes de dos jóvenes que fueron a pasar un rato junto a sus amigos y hacer snorkel en el cenote “Yalutzil” han avivado de nuevo el debate sobre la seguridad de los cenotes mexicanos que según las últimas estadísticas se están llevando, de promedio, la vida de una persona cada mes.
Entre las muertes ocurridas en los diferentes cenotes de la península de Yucatan, se encuentra las vidas de turistas, locales, buceadores, apneistas e instructores de actividades subacuáticas, por lo que estos fallecimientos no se deben a situaciones ocasionales por inexperiencia si no a una clara falta de concienciación sobre lo que significa sumergirse en las aguas de estos cenotes mexicanos.
Uno de los datos que más están levantando turbulencias entre los ciudadanos que pueblan esta increible zona de Mexico es que el 99% de las muertes que se han producido en los últimos años en los cenotes se podrían haber evitado si se hubieran respetado o se hicieran respetar los reglamentos vigentes.
Una vez más, como medida cautelar se está exigiendo a las autoridades locales que clausuren los cenotes para que cese el goteo constante de fallecimientos.
La causa de las muertes de los dos jóvenes, naturales de la cercana ciudad mexicana de Mérida, fue debida a la fuerte corriente que empujó, primero a uno de los muchachos, al que los buceadores de rescate encontraron a una profundidad de 85 metros.
El otro joven, al ver las dificultades de su amigo que no lograba salir a la superficie, se lanzó al cenote, corriendo la misma suerte que su compañero, siendo encontrado muerto al cabo de unos minutos de encontrar a su compañero.
El resto de amigos presentes en este cenote mexicano fueron los que alertaron a los servicios de emergencia que sacaron los dos cuerpos sin vida de las aguas del cenote “Yalutzil”.
La tragédia ha calado profundo entre los habitantes de Mérida y de la península de Yucatan, exigiendo una respuesta clara y rotunda para que los cenotes mexicanos no se vuelvan sinónimo de fatalidad y martirio.
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