En la cocina a bordo de un barco, los aperitivos son grandes protagonistas. Ya sean copiosos que sustituye una comida, de entretenimiento o como primer plato a modo de pica-pica.
No cabe duda los aperitivos son una apetecible y práctica solución de nuestra cocina a bordo. Dan mucho juego, tanto que después de varios intentos vamos a realizar un par de entregas, tal vez más.
En esta primera entrega de aperitivos de la cocina a bordo, la propuesta es para realizarlo todo en el barco sin útiles poco habituales a bordo, pero con productos de despensa o fáciles de encontrar. He tratado de unificar pocos productos pero con varias combinaciones para facilitar la compra y aprovechamiento, aunque también para jugar a matices de sabores. Y sobre todo, que sean fríos, que no requieran cocinar ni armar la marimorena, y que no exijan mucha elaboración.
Empecemos por alguna propuesta de cocina a bordo de mi inseparable atún, al que siempre escurriremos muy bien el aceite de conservación. Desmenúcenlo bien con un tenedor y se mezcla con mayonesa formando una pasta. A la valenciana (en el centro y cada comensal entrando con su herramienta (tenedor o cuchara) o sobre una base de pan (tostadas, galletas saladas, etc.). La siguiente, atún con alcaparras. Otra, mini ensalada de atún, con daditos de tomates pelados y sin semillas, una pizca de cebolla dulce y aceitunas negras. Tres variantes de sabor y texturas (cremoso la primera, más seca e intensa la segunda y jugosa la tercera).
Con sobrasada, lo genuino es abrir una galleta Quelly por la mitad con cuidado y la ayuda de un cuchillo, y hacer montaditos de sobrasada. Unas con una gota de miel encima y otras con alcaparras, también muy menorquinas. Ya que estamos por la zona, otras sobre una base de queso de Mahón.
Recuerden algunos usos del aguacate que comentamos en un articulo anterior. Haciendo una pasta con atún y mayonesa, otro con palitos de cangrejo y salsa rosa. Estos mismos reversionados en ensalada, sin textura de pasta, si no cortado a dados muy pequeños: con atún y tomate (pelado y sin semillas) también a dados, aliñado con aceite y un punto de vinagre dulzón. Opcional aceitunas negras o alcaparras. Lo mismo pero con palitos de cangrejo y pepinillos en vinagre para contrastar el dulzor del cangrejo y la “apatía” del aguacate.
Los boquerones en vinagre me pueden. Requiere tiempo macerarlos y un poco de lío, por lo que para estos aperitivos de cocina a bordo de aquí te pillo aquí te mato los compramos preparados. Podemos comerlos solos o en montadito adornándolo con… tomate rallado, pan untado con tomate o mantequilla, también resultan sobre una base de queso que le aporta contraste, ya sea uno tipo gruyere/emmenthal o uno seco más curado, arriesguen con parmesano y me cuentan. Agradece la compañía de aceituna negra y exige perejil picado. Complementa o sustituye perfectamente nuestra tapa de atún con tomate, cebolla y aceitunas negras comentada antes. Con el aguacate y el boquerón he de confesarles que no he jugado, peeeeeeeeeero… lo voy a probar.
Bueno, ya saben que en crudo el boquerón y la anchoa es el mismo pescado, y que la gran diferencia es el distinto proceso de maceración. Con vinagre el boquerón y con salazón la anchoa. Y no íbamos a dejarla fuera de juego. Su fuerte sabor aconseja prudencia con los experimentos. Se asocia bien con el tomate crudo, pues rebaja un poco su sabor y textura un tanto seca. Agradece una base de pan, especialmente untada con mantequilla por su cremosidad, con el queso forman una gran pareja, mejor incluso que éste con el boquerón en vinagre. Si les va marcha líense con guindillas, pepinillos, alcaparras, pero tengan a mano un tinto fresquito.
Periodista colaborador de Nautical News Today especialista en Gastronomía Marinera, restaurantes de cocina del mar y destinos gastronómicos.