Si algo tiene la cocina a bordo de un barco es la improvisación, algunas veces obligada. Tener unas latas de atún en nuestra nevera nos harán la vida más fácil y sabrosa.
La despensa de un barco es más importante que la de casa. La cocina a bordo está limitada y el abastecimiento no resulta tan fácil como en tierra firme. El mar, las calas y fondeaderos no tienen tiendas, supermercados o establecimientos donde abastecernos. Incluso en muchos puertos hay que desplazarse fuera para encontrarlos. Y por si fuera poco, el barco tiene unas limitaciones de espacio, que evidentemente afectan a la cocina y la despensa.
Planificar la despensa siempre es importante y por muy bien que lo hagamos sufriremos una “ruptura de stocks”. Es lógico e inevitable, por lo que todos solemos recurrir a generosas cantidades de ciertos productos que nos saquen de apuros. La tentación de sobre cargar frutos secos, galletas y cosas para picar es lógica, especialmente pensando en travesías, donde no siempre pueden haber condiciones fáciles para cocinar a bordo o durante una guardia nos entre un cosquilleo en el estómago que reclama algo para calmar el hambre.
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Todos tenemos unos alimentos favoritos para incluir en nuestra despensa para salvarnos de apuros. Les llamo comodines, y cuantas más posibilidades nos ofrezcan mejor. Tomate en lata, ya sea triturado o pelado, para hacer salsas es un clásico, e incluso ya sofrito, seguro que los encontramos en muchos barcos, casi en tantos como alguna lata de mejillones o atún en conserva.
Entre mis comodines, el atún es uno de mis favoritos. Evidentemente me gusta su sabor, pero sus cualidades nutritivas son completas, especialmente para ingerir proteínas en una rutina que puede abusar de pasta a todas horas. Es uno de los tópicos en la de muchos barcos. El atún es como una navaja multiusos de la cocina a bordo. Podemos emplearlo para matar ese cosquilleo en bocadillo, ensalza algo a veces tan aburrido como las ensaladas, e incluso puede alegrar una salsa de tomate para pasta o arroz.
Permítanme compartir algunos apaños sencillos y muy ricos con atún. Mousse de aperitivo: mezclar, triturando con un tenedor, mayonesa (también de lata) con atún. Ensalada de tomate: cebolla, aceitunas negras, tomate (mejor pelado y en rodajas, no gajos), cuatro alcaparras y atún. Ensalada de aguacate: aguacate y tomate cortados en dados pequeños y atún. A modo de Guacamole: aguacate, atún y mayonesa. Ya se habrán dado cuenta que el atún marida exquisitamente con el tomate y la mayonesa, mantiene un intenso noviazgo con aceitunas negras, alcaparras, pepinillos y demás “gadgets” en vinagre, y que tiene un curioso romance con el aguacate. Prueben con espárragos, con mayonesa o aliñado con pimienta y vinagre, tal vez se enamoren.
Las bicicletas ya no son solo para el verano, como el atún en conserva ni disfrutar de nuestro barco. Aunque sea yendo a visitarlo a su amarre, ventilarlo, poner en marcha un rato el motor, revisar amarras, la sentina y poco más. Una día invernal soleado, la tranquilidad de estar a bordo o una buena compañía pueden sugerirnos quedarnos a tomar un aperitivo al sol de manera imprevista. ¿Qué tenemos en la despensa? La cocina a bordo a veces tiene estas cosas de la improvisación. Con atún en conserva y mayonesa de bote, ya podemos empezar a pensar en algo más que interesante. Alcaparras, aceitunas, pepinillos, espárragos… y algunas tostaditas o galletas saladas que nunca pueden faltar en la despensa.
Cuide su barco, cuídese, y que no le falte atún.
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Periodista colaborador de Nautical News Today especialista en Gastronomía Marinera, restaurantes de cocina del mar y destinos gastronómicos.