Sin duda es un accesorio poco conocido y aún menos usado en la cocina a bordo, pero una vez descubres el papel para el horno nunca te faltará en tu despensa.
Un servidor pensaba erróneamente que su utilidad era para repostería, una de las teclas más difíciles de tocar con dignidad de cuantas tiene el piano culinario. Luego pensé que con una fuente donde poner los alimentos a hornear en tu cocina a bordo, ¿para que diantres necesito papel de horno? Pero un día le di una vuelta de tuerca y una merecida oportunidad.
Tal vez la gran diferencia sea que, debido a su composición, evita que los alimentos se peguen. Y eso, cuando nuestra receta no conlleva salsas ni excesivos líquidos, es una alegría llegado el momento de arremangarse y fregar ollas, sartenes, fuentes o las difícilmente manipulables bandejas del horno.
Acaso recuerden la receta de Boquerones al Horno que publicamos el pasado mes de noviembre. Si son más recientes a esta su Gastronomía Marinera, es una buen motivo para dedicarle el par de minutos que creo merece.
Pues bien, prueben esa misma receta de cocina a bordo cambiando una fuente apta para horno por nuestro protagonista de hoy, el papel. Basta disponerlo sobre la bandeja de horno y santas pascuas. Los boquerones, en este caso, se ponen sobre el papel, y cuando el horno alcanza la temperatura necesaria lo disponemos sobre la bandeja. Luego lo quitamos con cuidado, manteniéndolo tensado para que no se desmonte la “planicie” de boquerones.
Decíamos que sus características evitan, o caso, que los alimentos se peguen sobre el papel. Si quieren asegurar el tiro, “píntenlo” con una pizca de aceite, o si lo prefieren, de mantequilla. Pero pintado con tacañería, pues otra ventaja de cocinar sobre papel de horno es que podemos emplear mucha menos cantidad de grasas (aceite, mantequilla, manteca de cerdo, etc.) y realizar una cocina a bordo mucho más saludable sin que la receta pierda ni un ápice de sabor.
Tal vez alguno de ustedes esté pensando que exagero. Pues bien, ahí va mi reto, aprendido de un programa televisivo obra del para mi artista Ismael Prados. Utilicen el papel para cocinar pescado a la plancha. Lo que oyen, perdón lo que leen. Lógicamente han de ser pescados pequeños o bien que estén fileteados. Calienten la plancha que conviene que sea lisa, por lo que una sartén también nos vale. Mientras alcanza la temperatura, preparen el pescado, salpimentando y añadiendo alguna hierba o ingrediente adicional de su receta. Lo disponen sobre el papel, ¡¡leve!! chorrito de aceite por encima y todo ello sobre la plancha o sartén.
Verán como sin ruidos ni humos el pescado se va cociendo. Lentamente al principio y acelerado al poco de que ganar calor sus carnes. La textura es más blanda que asado la plancha y su sabor difiere un poco. A mis gusto con un sabor más intenso a pescado, y eso en general tiene muchos adeptos.
Supongamos que estamos cocinando a bordo, donde el tema de los olores es más crítico que en tierra firme, tal y como explicábamos en nuestros artículos sobre el uso del horno y de la barbacoa a bordo.
La ventaja de poder cocinar a la plancha sin el fuerte olor que supone no tiene precio. O sí, el par de euros que nos costará el rollo de papel. Sepan que existen unos de tipo continuo y otros donde las hojas ya vienen cortadas con el tamaño de una bandeja de horno estándar. Les recomiendo este último para no tener que andar buscando las tijeras o romperlo tratando de cortarlo a golpe de muñeca.
Periodista colaborador de Nautical News Today especialista en Gastronomía Marinera, restaurantes de cocina del mar y destinos gastronómicos.