Continuamos hoy la primera entrega sobre aperitivos fríos, sencillos de preparación y con productos fáciles de encontrar. Nos sirven para entretenernos, como primer plato compartido o comida, pues relajados a bordo no hay muchas normas que seguir.
Tras habernos internado en el anterior artículo en los apasionantes mundos del atún, aguacate, boquerones, anchoas, alcaparras, tomate, mantequilla, palitos de cangrejo, mayonesa, salsa rosa, aceitunas negras y mis estimadas alcaparras, vamos a ver que encontramos en la despensa o cualquier tienda cerca de casa o del puerto para preparar nuestros aperitivos.
Un recurso muy agradecido para los aperitivos son los patés, pastas o mousses. Llamémosle como queramos, que todo vale. Lo más idóneo utilizar con una batidora eléctrica que a bordo seguramente no tendremos, pero aunque logremos una textura tan fina, cortando a cuchillo fino nos quedará un poco más rústico pero su textura tal vez sea más interesante.
Arrancamos nuestros aperitivos con una preparación sencilla y que ya empieza a conocerse, el pate de mejillones. Muy sencillo: mejillones en escabeche de lata y queso fresco de untar, que mezclaremos y trituraremos con una batidora. Podemos probar a retirar parte o todo el aceite de los mejillones antes de mezclarlos con el queso. Cuestión de probar y ajustarlo a nuestro gusto, para ello, lo mejor es retirarlo todo y tenerlo en un vasito, y tras mezclar podemos incorporarlo a poquitos hasta tenerlo a nuestro gusto. Para cortarlo a cuchillo, mejor primero escurrir bien el aceite/escabeche de los mejillones.
Seguimos con el queso de untar, que esta vez combinaremos con salmón, ya sea ahumado o uno marinado con eneldo, ambos fáciles de encontrar. La proporción orientativa pueden ser 100 gramos de salmón por unos 200 gramos de queso. Lo mejor es adaptarla al formato de los envasados de ambos productos. El salmón ahumado y la batidora no son muy buenos amigos, mejor cuchillo, o también untar el queso sobre una base de pan tostado y poner encima el salmón. Pero traten de picarlo o desmenuzarlo y mézclenlo.
Vamos a encender los fogones, pero sin complicarnos. Un cazo con agua hirviendo y cocemos huevos. Dejamos que se enfríen , los pelamos y empezamos a jugar con ellos para hacer huevos rellenos. ¿De qué? Pues la verdad, como las croquetas o tortillas, podemos dejar volar la imaginación o adaptarnos a nuestra despensa para preparar estos aperitivos.
Muy clásico son los aperitivos rellenos de atún: los cortamos por la mitad, retiramos y picamos las yemas, a las que incorporamos atún bien escurrido de aceite. Añadimos mayonesa y mezclamos bien. Con una cuchara vamos rellenando los huevos. Podemos decorarlos con alguna alcaparra, perejil, pepinillo…. Otra versión sencilla es sustituir el atún por palitos de cangrejo y la mayonesa por salsa rosa. Seguro que ya les suena de antes esta combinación, pero rellenando aguacate. Con salsa de mayonesa, o combinando ambas (una en la mezcla y otra cubriendo-decorando) podemos jugar con gambas o langostinos que encontremos ya cocidos o bien darles un rápido y fácil hervor. Para todas ellas, podemos integrar en la mezcla un poco de lechuga cortada muy, muy fina. Nos aportará frescor y una textura más redonda.
Seguro que no nos costará encontrar unos buenos pimientos de piquillo en conserva, para rellenar. Pero tengan un poco de paciencia y tómense la molestia de asarlos un poco en la sartén a fuego medio. Dejen enfriarlos y a rellenar con… imaginación de nuevo y tal vez aprovechando algún resto. Les van bien tanto la carne como el pescado, y por supuesto vegetales.
Periodista colaborador de Nautical News Today especialista en Gastronomía Marinera, restaurantes de cocina del mar y destinos gastronómicos.