A medida que la humanidad perfeccionaba su capacidad de manipular su entorno, se creo el alto horno de carbón, se alcanzaron temperaturas altas, para poder manipular los metales y con ellos fabricar armas y utensilios… y se comenzó a contaminar el Mediterraneo.
Alrededor de 1400 AC, el hierro se fundía por primera vez en la cultura hitita, que ocupa la actual Turquía y se comenzó a contaminar el Mediterraneo. El hierro tiene un punto de fusión de casi 2800 ° F, y los primeros hornos alcanzaron la temperatura requerida. El hierro era más disponible que el estaño, relativamente escaso, y era una ventaja porque era un metal superior para herramientas y armas. El contaminar el Mediterraneo no es de hoy (que también y en grado sumo), ya comenzó hace casi 3000 años. Los primeros vestigios de residuos son de hace unos 2.800 años, coincidiendo con el desarrollo minero, metalúrgico, tecnológico-cultural de los griegos y los romanos. La presencia de contaminantes se dispara con la revolución industrial. Las chimeneas y los hornos eran formas de perfeccionamiento de la explotación de la energía ya que las tecnologías de fundición eran utilizadas para la producción de cobre durante la época romana y medieval, que fue el instrumento en el desarrollo de las culturas humanas durante épocas antiguas; pero el proceso se acelera en los últimos 350 años, a partir de la revolución industrial, con un aumento significativo plomo, zinc y arsénico. Hoy en dia, los resultados de las investigaciones, publicados en la revista “Science of the total Environment”, nos muestran que el contaminar el Mediterraneo, coincide con el desarrollo de las civilizaciones griega y romana. El aumento de la concentración de zinc, plomo, cadmio, cobre, arsénico y hierro se corresponde en el tiempo de la expansión de la industria minera, la metalurgia, la cultura, especialmente durante el periodo romano. Científicos del Centro de Estudios Avanzados de Blanes del CSIC han llegado a esta conclusión tras estudiar la concentración de residuos metálicos contenidos en los sedimentos de las praderas de posidonia (Posidonia oceánica) de la bahía de Port Lligat, en la Costa Brava gerundense. Cada otoño e invierno, las orillas de muchas playas del Mediterráneo aparecen llenas de hojas que representan la mayor protección del litoral contra los temporales, son las que, por su ciclo de vida, a finales de verano se desprenden de la planta y son arrastradas hasta la playa, donde actúan como fijadores de la arena frente a las mareas. Y ese es solo una de las formas en que defienden el litoral, tambien son el cobijo, alimento y reproducción de numerosas especies de interés comercial. La gran presión urbanística del litoral ayuda en grado sumo a contaminar el Mediterraneo, si les robamos armas al medioambiente, al mismo tiempo que por todos los frentes lo atacamos, no parece que sea una actitud muy inteligente. La posidonia ha sido bautizada como el pulmón del Mediterráneo, pero este tesoro está en grave peligro, el ritmo de recuperación de la propia planta se ve superado por los efectos de las obras del litoral, la contaminación marina, la pesca de arrastre ilegal, los dragados, los vertidos y el fondeo no responsable de miles de embarcaciones profesionales y de recreo cada año. Hoy podemos decir que la zona una vez rica, es ahora una tierra muy deteriorada habitada por pueblos relativamente pobres que, hoy en día, dependen en parte para su supervivencia de la afluencia de turistas que vienen a ver los monumentos físicos de civilizaciones pasadas, todo por años de contaminar el Mediterraneo El declive de la región de la antigua gloria ha sido un proceso complejo, pero un elemento importante en la «caída» ha sido el fracaso por parte de los residentes de la zona, del mantenimiento de los sistemas ecológicos que apoyaban sus ricas culturas. Sin embargo, en nuestras manos está protegerla, con pequeños gestos en nuestro día a día. Con la implicación de las administraciones responsables y la nuestra propia, podremos augurar un futuro para la posidonia y nuestro medioambiente, trabajando juntos y exigir a los responsables el solo cumplimiento de las leyes par no contaminar el Mediterraneo.
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