Es mundialmente sabido que el mundo se está derritiendo, cada vez hay menos hielo en el Ártico y los glaciares están retrocediendo a una velocidad alarmante. No hay día que los medios de comunicación no nos recuerden las consecuencias, aumento del nivel del mar, inundaciones…Pero pocos son los que informan de otros posibles efectos del deshielo, como en este caso, un brote de antrax.
Además de las evidentes causas del deshielo, el retroceso de los glaciares está descubriendo numerosos yacimientos arqueológicos que antes estaban sepultados bajo toneladas de hielo, también algunos científicos ya están dando la voz de alarma de que entre el hielo pueden haber cientos de nuevos y desconocidos virus y bacterias en estado de latencia, que pueden volver a «revivir» con el deshielo, como es el caso del brote de antrax que está teniendo lugar este verano en Siberia.
Muchos medios de comunicación y el gobierno ruso apuntan a que el causante del brote de antrax es un reno que murió por esta enfermedad hace unos 70 años y que, por culpa del deshielo por las altas temperaturas que se están registrando en Siberia, ha emergido del hielo.
La bacteria del antrax, Bacillus anthracis, forma unas esporas (imagen a continuación) que resisten temperaturas de más de cien grados celsius y que pueden quedar en estado latente en animales durante cientos de años para luego «revivir», como es en este caso.
Suele ser una enfermedad típica del ganado herbívoro y muy rara vez afecta al ser humano de forma natural. Las personas se pueden infectar por vía cutánea, vía gastrointestinal, y vía respiratoria, está última la más peligrosa. Si se coge a tiempo, hay una vacuna y la enfermedad puede ser tratada con antibióticos.
El brote del antrax se ha producido en una población nómada del norte de Rusia, en la región siberiana de Yamalia-Nenetsia. Los antiguos pueblos nómadas enterraban a los animales y personas en zonas cercanas a ríos y cerca de la superficie, debido a la dificultad de cavar en el permafrost. Por lo que es muy probable que este poblado nómada se asentara cerca de uno de estos lugares y que sus animales se contagiaran por la proximidad del antiguo cadáver de reno que el deshielo dejó al descubierto y, que a su vez, los humanos se contagiaran por estar en contacto con renos enfermos y por comer su carne cruda y beber su sangre, algo típico de esta zona.
Por el momento han fallecido cerca de 2500 renos, los cuales han sido incinerados, y unos 35000 ya han sido vacunados en un intento de frenar la epidemia. Por ahora tenemos que lamentar la muerte de un niño de 12 años, la confirmación de infección en cerca de 20 personas (casi la mitad son niños) y la hospitalización de, al menos, 90 personas de manera preventiva. Las autoridades rusas han delimitado una zona de cuarentena de 60 kilómetros al rededor del foco del brote de ántrax, para intentar frenar su expansión.
Este brote de antrax nos alerta de los posibles peligros que pueden estar acechándonos desde el hielo. Esperemos que este brote se quede recluido en esta pequeña zona de Rusia, ya que os recordamos que el antrax es considerado un arma biológica, por lo que si sale de las fronteras rusas podría suponer un gran problema debido a que tiene una tasa de mortalidad de más del 93% en el caso de infección por inhalación de esporas.
Ojalá que esto sea un toque de atención a la sociedad y a las organizaciones gubernamentales de que el calentamiento global no es una tontería y que ya va siendo hora de actuar para frenarlo, o las consecuencias pueden ser muy graves e ir más allá del ya famoso aumento del nivel del mar.
Artículos y reportajes realizados por el staff de Nautical News Today sobre cultura del mar, notas de prensa del sector náutico, regatas, eventos náuticos,…