Donde esta nuestra responsabilidad ecológica con el océano?

Hace cien o doscientos mil años, el más poderoso depredador del mundo llegó. Nosotros… que no tenemos la menor responsabilidad ecológica con el océano.

Nos han faltado grandes dientes o garras afiladas, enormes tentáculos o mordeduras venenosas. Pero tuvimos la inteligencia y la astucia para producir herramientas y armas artificiales. Y a medida que nos convertimos cada vez mejores cazadores, empezamos a cazar o pescar los animales a gran escala sin ninguna responsabilidad ecológica con el océano.

Pero los animales no parecen haber desarrollado defensas contra nosotros. Lo que plantea la pregunta ¿por qué?¿Es que estos animales simplemente no han tenido tiempo para desarrollar defensas, o carecen de la variación en sus genes para producirlas?

En términos evolutivos, dejamos nuestra presa sin tener a donde ir. No tienen manera de defenderse y simplemente no pueden responder. Y esta carencia de responsabilidad ecológica con el océano, representa un cambio catastrófico para TODAS las especies en este planeta.

En una publicación, la prestigiosa revista “Science«, sostiene el declive de la vida marina ( lo aseguran un estudio de un grupo de científicos internacionales ) y que los océanos se quedarán sin peces en los próximos 50 años si no se detiene el actual ritmo de depredación por el ser humano.

Científicos para el Futuro de las Poblaciones Animales Marinas del proyecto (FMAP) del programa Censo de la Vida Marina han identificado la tendencia alarmante a la baja, en las poblaciones de grandes peces predadores en los océanos del mundo. Estos científicos afirman que hasta un 90% de todos los grandes peces depredadores como el bacalao, tiburón, mero,  atún, pez espada y marlin se están agotando debido a nuestra escasa responsabilidad ecológica con el océano. Desde 1950, con el inicio de las pesquerías industriales, toda la base de recursos de la pesca se ha reducido a menos del 10% a nivel mundial.

 La sobrepesca ocurre cuando los peces se capturan más rápido de lo que pueden reproducirse y reemplazarse a sí mismos. Pescar tantos peces como sea posible puede parecer una práctica rentable a corto plazo, pero la sobrepesca tiene consecuencias muy graves. Los resultados no sólo afectan el equilibrio de la vida en los océanos, sino también el bienestar social y económico de las comunidades costeras que dependen de la pesca para su forma de vida y a la larga, para todos nosotros.

«Las nuevas cifras de la Organización para la Agricultura y la Alimentación indican que los peces pequeños de los que las aves y los mamíferos marinos se alimentan se han convertido en el blanco principal de las flotas pesqueras, ya que las poblaciones de peces más grandes se han agotado debido a nuestra nula responsabilidad ecológica con el océano. ¿Que estamos haciendo?

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 No se menciona en el informe que los seres humanos arrojan miles de millones de envases de plástico en los océanos. A mil millas de San Francisco, hay un parche flotante de tres millones de toneladas de plástico, llamado «El Gran Parche de Basura del Pacífico» de alrededor de un área dos veces el tamaño de Texas, esta allí puesto por nuestra actitud pasiva en cuanto a la responsabilidad ecológica con el océano…y sin visos que se degrade. Toda esta porquería humana, incluyendo, la espuma de poliestireno, se pega en los estómagos de las aves, ballenas, tortugas, delfines y otras especies marinas matandolas a millones.

Cuando el hombre da la espalda a la Naturaleza, primando los aspectos materiales, provoca un desorden que tiene repercusiones inevitables sobre el resto. Si bien en algunos casos el daño ya hecho, bien puede ser irreversible en muchos otros casos y en otros puede todavía ser detenido. Es necesario, sin embargo, que la totalidad de la comunidad humana, los Estados y los organismos internacionales se tomen en serio la responsabilidad ecológica con el océano que les corresponde….  de una vez por todas.