Los tiburones llevan nadando en los océanos desde hace aproximadamente 400 millones de años. Debido a la acción del ser humano, estos animales, que han sobrevivido a las principales extinciones masivas, se enfrentan ahora a los mayores retos de su historia: la sobrepesca, el recorte de aletas y capturas accidentales.
De las 307 especies de tiburón evaluadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés), 50 de ellas están clasificadas como Vulnerables, En Peligro o En Peligro Crítico, pero sólo el tiburón blanco, el tiburón ballena y el tiburón peregrino están protegidos internacionalmente por la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES). Los tiburones representan hoy en día el mayor porcentaje de especies marinas amenazadas en la Lista Roja de la IUCN.
Como grandes depredadores, los tiburones desempeñan un papel especial a la hora de mantener la salud de los ecosistemas marinos, ya que sirven como indicador de la salud de los océanos. Los tiburones tienen un crecimiento muy lento, maduran tarde y tienen pocas crías, lo que los hace muy vulnerables a la sobrepesca.
Hoy, los tiburones son una especie objetivo de muchas pesquerías de la UE. Sus aletas, que se exportan a los mercados asiáticos y su hígado, que se destina a la industria internacional de cosméticos y es uno de los productos de origen marino más caros. Además, muchas especies de tiburón son frecuentemente objeto de capturas accidentales.
España, el país que más tiburones captura en el mundo tras India, Indonesia y Australia, ha dado un paso adelante en la protección de animales y especies en extinción al posicionarse en la defensa del tiburón martillo y zorro, prohibiendo tajantemente que cualquier barco de la flota española pesque esta clase de escualos. Sin embargo, se quedan fuera del catálogo las dos especies más comerciales: tintoreras (Prionace glauca) y marrajos dientusos (Isurus oxyrinchus), ahora pescados sin límites. Gracias a estas capturas, España exporta el 95% de las aletas de la Unión Europea a los mercados asiáticos para elaborar sopa. Cada año, en el mundo se pescan más de 70 millones de tiburones. Me pregunto ¿Porque se hacen las cosas a medias?
Pero no nos quejemos, algo se ha conseguido. La ley dice que no importa dónde se encuentre el barco, incluyendo las aguas de terceros países donde pesque bajo acuerdos especiales, pero no se puede comercializar, desembarcar, ni transbordar estas especies.
De esta manera, España se convierte en el país europeo pionero en la regulación de estas pescas y logrará salvar a 15.000 ejemplares que se capturan anualmente. Esperemos que los demás países sigan su ejemplo.
Fuente: Oceana
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