Los que nos dedicamos a estudiar los océanos sabemos perfectamente que en muchas ocasiones la realidad supera la ficción, ya que podemos encontrar animales que ni el mejor escritor de novelas de terror se imaginaría, como es el caso del gusano bobbit.
Por eso, en un principio decidimos crear la serie de artículos sobre monstruos marinos y os hemos ido presentando animales bastante peculiares, unos más terroríficos que otros, pero el que os traemos hoy es un poco especial y hasta ahora no habíamos entrado en ese grupo, el de los gusanos marinos. Este, es un grupo muy amplio donde podemos encontrar gusanos tanto microscópicos como enormes, y tanto “bonitos” como monstruosos, pero el que os traemos hoy tiene la peor combinación: enorme y monstruoso; os presentamos al gusano bobbit (Eunice aphroditois)
Este peculiar gusano de cuerpo brillante, es un poliqueto que puede llegar a medir hasta 3 metros. Lo podemos encontrar en la parte cálida de todos los océanos del mundo entre los 10 y los 40 metros de profundidad.
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El gusano bobbit vive la mayor parte de su vida enterrado en la arena sacando únicamente la cabeza fuera de ella. Para cazar tiene un total de cinco antenas en la cabeza que le sirven para detectar la presencia de las presas a su al rededor. Una vez determinada la posición de la presa, se lanza hacia ella con asombrosa velocidad y la atrapa con unas poderosas mandíbulas en forma de tijeras que pueden incluso partir a la presa por la mitad. Tras atrapar a la presa, el gusano se entierra al completo para resguardarse y digerir el alimento con tranquilidad. Este animal es omnívoro, por lo que cuando pasa mucho tiempo sin cazar peces ni crustáceos suele alimentarse de las algas que puedan crecer cerca de su escondite.
Apenas se sabe nada de la reproducción del gusano hobbit. Se cree que se reproducen sexualmente muy pronto, cuando apenas llegan a los 100 milímetros de longitud, y que el gran tamaño que suele alcanzar es un indicativo de una vida muy larga, pues se estima que pueden llegar a vivir aproximadamente 10 años.
Normalmente cuando se asustan suelen enterrarse por completo y no suelen atacar, pero si alguna vez tenemos la suerte de poder verlo buceando, hay que tener cuidado y no tocarlo porque puede llegar a morder y debido a la potencia de sus mandíbulas, nos podemos quedar sin algún dedo.
Todos conocemos a alguien que le teme al mar, y no es de extrañar, no hay más que ver la cantidad de leyendas que circulan hoy en día sobre extraños sucesos y animales terribles y monstruosos. Sin lugar a dudas, el océano puede ser una potente fuente de inspiración para las peores películas y novelas de terror….
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Comunicadora colaboradora de Nautical News Today especializada en medio ambiente marino, biología marina y ciencias del mar.