La mayor caza de focas permitida por el Gobierno canadiense ha iniciado en las aguas de Terranova, generando un agrio enfrentamiento entre Ottawa y los ecologistas que piden el boicot del turismo en Canadá. Noventa por minuto. Ese el número de focas de entre tres y cuatro semanas de edad que los cazadores canadienses matarán esta semana para aprovechar en pocos días las favorables condiciones meteorológicas en los hielos flotantes frente a las costas de Terranova. En total, el gobierno canadiense ha permitido matar este año 350 mil animales, una cuota que no se había alcanzado en la historia más reciente de la caza -desde hace más de 50 años- y que los grupos ecologistas consideran excesiva. El aumento de la cuota es del todo sorprendente ya que en 2009, la Unión Europea vetó la importación de productos de foca salvo cuando procedan de la caza tradicional que practican los inuit. Otros países como Estados Unidos ya prohibieron la importación en 1972. Aunque las focas han evitado el machetazo gracias al cierre del mercado europeo, de nada o poco les sirve si su hábitat, el hielo, desaparece poco a poco debido al cambio climático. Y aunque se cierre su comercialización en Europa, el Gobierno Canadiense ya está negociando con China para abastecer a este gigante asiático de pieles, grasas y subproductos como el Omega3.
La Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos ha lanzado una agresiva campaña en los medios de comunicación estadunidenses, en la que solicita el boicot al turismo en Canadá y ha amenazado con excluir al país de los Juegos Olímpicos de Invierno, cosa que al final no han hecho ¿porque?, ya se sabe….intereses comerciales
El departamento de pesca canadiense estima que hay unos 6,9 millones de focas arpa, «más del triple que en 1970»; 300.000 de focas grises y 600.000 de focas encapuchadas, «y continúan creciendo año tras año».
Sin embargo, estas cifras no casan con el declive de hielo que desde hace años se aprecia en esa zona del Atlántico noroccidental. Esa falta de hielo empuja a las crías hacia el océano antes de tener la fuerza necesaria para nadar grandes distancias. Tanto es así que en algunas zonas clave de cría se ha constatado casi el cien por cien de mortalidad de las crías de foca porque el hielo se derritió antes de que fueran capaces de sobrevivir en mar abierto.
No parece que las protestas ecologistas puedan impedir que los ejemplares que no mueran por la falta de hielo lo hagan golpeados por los arpones y palos de los cazadores. Un millón no lo han logrado en los últimos cinco años: la mayor matanza de mamíferos marinos de la Tierra.
Editor especialista en el deporte de vela, tanto en vela oceánica como en vela ligera y olímpica. Colaborador de prensa deportiva a nivel nacional.