La maravillosa experiencia de bucear con la iguana marina de Galápagos

Charles Darwin describió a la iguana marina de Galápagos como un animal repugnante y torpe. Si hubiera podido bucear con ellas, se retractaría de sus palabras…

La iguana marina de Galápagos es una de las pocas especies de lagartos que se alimenta casi exclusivamente en torno al mar y que se clasifican como reptiles marinos. Capaces de sumergirse hasta 10 metros en el agua, tienen una gran habilidad para nadar y moverse con velocidad.

Sin embargo, esta habilidad únicamente la realizan los machos adultos al ser de mayor tamaño. Las hembras y sus crías se alimentan cuando las algas quedan al descubierto al bajar la marea. Al ingerir gran cantidad de sal como resultado de su alimentación, se libran de ella excretando desde la nariz sal concentrada en forma de curiosos cristales.

Su cuerpo está cubierto de cortas espinas en la cabeza y parte posterior y su color va del negro al gris. Esta diferencia de color les ayuda a regular la temperatura del cuerpo, y poseen membranas entre los dedos para facilitarles la natación.

Los machos pueden llegar a medir 1,30 metros de largo y pesar 15 kg, mientras que las hembras alcanzan los 0,60 metros. Cuando nadan, estos animales ralentizan su ritmo cardíaco para no perder calor, e incluso pueden llegar a parar su corazón sin riesgo alguno.

Respecto a su evolución, existen muchas teorías en lo que respecta a la iguana marina de Galápagos, que van desde que eran animales marinos que luego desarrollaron apéndices para vivir fuera del agua, o al revés, que alguna vez fueron criaturas terrestres que debido a cambios en su entorno fueron capaces de vivir la mayor parte del tiempo en el agua. Hay expertos que aseguran que esta especie de lagarto fue muy grande durante la época de los dinosaurios, lo que le ayudó a evitar la extinción.

La iguana marina de Galápagos tiene hábitos alimentarios muy diferentes a la mayoría de lagartos, pues se alimentan básicamente de algas, por lo que poseen dientes y garras afiladas para rasparlas entre las rocas. Su hocico liso, les hace posible entrar en la grietas y hendiduras de las rocas para conseguir este alimento.

Respecto a sus depredadores, increíblemente su mayor preocupación son los humanos y sus mascotas, ya que viven relativamente cerca del hábitat de la iguana marina, aunque a veces también se enredan en redes de pesca y desechos de plástico. Los barcos fondeados en zonas poco profundas, también han causado daños e incluso la muerte de algún animal.

No os perdáis el siguiente video grabado por Steve Winkworth, quien buceaba en Cabo Marshall (Islas Galápagos) cuando tuvo la fortuna de encontrarse con esta espectacular criatura endémica.

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