Island Earth, una película de surf sin olas

Qué hacer cuando quieren envenenar tu paraíso.

“En realidad en la película solo hay dos olas, se trata mas bien sobre la agricultura en Hawaii” dijo tímidamente su director, Cyrus Sutton , cuando le pregunté sobre su película en el festival de Byron Bay, Australia. “Como surfistas, tenemos que entender lo que sucede en el patio de atrás”, aclaró.

Sutton no es agrónomo, ni tampoco hawaiano. Es un cineasta y surfista profesional californiano, que hizo su primera película sobre Dane Reynolds con 19 años. Es del tipo de personas que quieres que sea tu amigo. Simple, simpático, humilde y que seguro conoce varios secret spots. Stoked and Broke, Compassing, entre algunas de las favoritas son esas pelis que te hacen mirar pasajes de avión cuando terminan.

[bctt tweet=»¿Quieres adentrarte en el espectacular mundo del #surf con Island Earth?» username=»NauticalNewsTdy»]

En Island Earth se ve una madurez profesional desde lo visual y desde el contenido. Una mirada holística del Planeta Tierra: El mar sufre lo que sucede en la tierra y viceversa. Y en Hawaii sucede mucho más de lo que pensamos.

Y todo con una gran belleza visual

Puedes decirme que eres una persona de mar y que una película sobre el campo te parece un tostón, que tú quieres ver a John John en Pipeline y ya. Pues te tomas tres cafés y la miras igual. La matriz de Island Earth es la cuestión de cómo vamos a alimentar a todos los seres humanos sin destrozar por completo el mundo en el que vivimos. Y si piensas que es la típica película conspiradora, Sutton se encarga muy bien de explicarnos cómo Hawaii pasó de ser una sociedad 100% autosustentable en la época precolonial, a convertirse en uno de los principales conejillos de indias de las GMO y pesticidas, importando hoy en día casi el 90% de sus alimentos.

El documental expone diferentes casos de activistas y profesionales que explican porqué debemos cambiar las cosas. Malia Chun, de orígenes hawaianos, es madre soltera y explica los peligros que corren sus hijas y su comunidad por estar expuestos la mayor cantidad de pesticidas por hectárea de Estados Unidos. Tyron Hayes es un biólogo que se negó a trabajar con las grandes corporaciones (que por cierto, son sólo 6) porque descubrió que la intención de ellos era cómo ocultar las consecuencias de sus químicos en lugar de solucionarlas.

Si bien pudo haber una buena intención en “dar de comer al mundo” en las GMO, Cyrus relata cómo es que las empresas agroquímicas utilizaron este avance tecnológico para vender más fertilizantes, y punto. Lo de salvar al mundo quedo sólo en la frase bonita para las campañas de marketing.

Y sin olvidarnos del surfista Dustin Barca, quien ve el patetismo de los políticos de turno y decide postularse como gobernador con una fuerte política anti GMO, y una alternativa para favorecer los pequeños agricultores locales.

Permacultura, cultivos pequeños, compra local. Enseñar a los niños cómo no repetir errores pasados. Hay una salida. Se puede hacer algo. Pero para ello tenemos que ver películas como estas. Para entender mejor y actuar con inteligencia. No sólo por tomarte un zumo de 15 euros en el bar vegano de moda haces algo para el futuro. Tenemos que tener los argumentos correctos para poder ir a surfear tranquilos, sabiendo que al mar y el patio de atrás le tenemos respeto.

Por ello, esta es una película de surf.