La historia de Jack Rackham sería una historia similar a la de otros cientos de piratas de no ser por algunos detalles que la hacen sobresalir entre las demás. Era británico, nació en Cuba y para empezar, su sobrenombre como pirata fue Calicó Jack, debido a ropas que llevaba de este tejido brillante y colorido de origen oriental, además estaban inspiradas en esa cultura, lo que le convierte en uno de los primeros hippies.
A parte de eso, se interesó mucho por el diseño, siendo su bandera pirata, el Jolly Roger, una de las más utilizadas aun en nuestros tiempos, la calavera con dos espadas en aspa bajo ella.
Era un marinero mediocre, pero aprovechó su carisma y estilo para que le siguieran muchos piratas en sus aventuras. También era un mujeriego, se pasaba todo el día borracho y no se tomaba nunca las cosas en serio, vamos, que era un regalo para cualquier suegra.
Quizá es por eso que incluyó dos mujeres pirata en su tripulación Anne Bonny y Mary Read, de las cuales se dice que eran más valientes y feroces que el mismo Jack Rackham.
A Anne la conoció en una taberna en Nassau, que se había convertido en una guarida para piratas por aquel entonces, del mismo estilo a Port Royal, aunque el control de los piratas sólo duró unos 10 años.
Anne estaba casada y aun así se enamoraron y se la llevó en su barco vestida de hombre.
Más tarde se unió a la tripulación Mary Read, que también iba vestida de marinero en una embarcación a la que atacaron. Dicen las malas lenguas, que los tres formaron un triángulo amoroso.
En la última batalla que libraron cuentan que Mary y Anne se comportaron como el más valiente de los marineros de la goleta, aunque finalmente perdieron la batalla contra la Armada Real Británica. Los prisioneros fueron llevados a Port Royal y se les condenó a la horca. Las únicas que se salvaron fueron Anne y Mary que alegaron estar embarazadas.
Aun condenado a muerte, dejaron a Anne visitar por última vez a Jack Rackham, la cual, haciendo fama de su dureza le dijo: «Lamento verte así, Jack Pero si hubieras luchado como un hombre, ahora no tendrían que colgarte como a un perro» Finalmente Jack Rackham fue ahorcado entre abril y mayo de 1720.
El cadaver de Jack Calicó fue exhibido en el islote que pasó a ser conocido como Cayo Rackham embreado y encerrado en una jaula, hasta la completa putrefacción. Dicen que las últimas palabras de Jack Rackham fueron «Desdichado sea aquel que encuentre mis innumerables tesoros, ya que no habrá barco ninguno que encima pueda cargarlos todos», aunque más bien suenan a palabras para crear una leyenda.
Editora del portal online Nautical News Today. Licenciada en Ciencias Medioambientales y especialista en recursos renovables.