La historia del vikingo llamado Erik Thovaldsson, más conocido como Erik el Rojo se remonta a finales de los años 900 y principios de los 1000. A parte de vikingo, era un gran comerciante, explorador y el primer publicista de la historia conocida.
Su leyenda cuenta que su familia se trasladó a Islandia desde Noruega debido a un “problemilla» que tuvo su padre con la justicia al asesinar a una persona.
Como de “casta le viene al galgo”, el mismo Erik el Rojo fue desterrado durante 3 años de Islandia por unos líos similares a los de su padre, unos altercados y tres asesinatos de nada, momento que aprovechó para la colonización de otros territorios.
Así fue como llegó Erik el Rojo a Groenlandia donde se estableció con su familia, y al estar solos no tenían más peleas. Pero al finalizar los 3 años de destierro, volvieron a Islandia y consiguieron que una expedición de veinticinco barcos y setecientos colonos les siguieran a las apreciadas tierras “verdes” de Groenlandia. No se sabe como pasó (Erik continua jurando que no tuvo nada que ver) pero finalmente de los barcos que salieron del puerto, sólo llegaron catorce y trescientos cincuenta colonos.
Erik el Rojo era un comercial nato, por lo cual llamo a la tienda Groenlandia (tierra verde) para atraer a más gente hacia allí. No se sabe seguro, si era realidad (cambios climáticos e historias similares) o fue solo una maniobra propagandística para atraer gente a esas tierras heladas.
Se cree que en esa época Groenlandia no era tan “verde” porque nunca llegó a haber una gran población en la zona, de manera que su población máxima fue de 2.000 a 5.000 habitantes en su máximo apogeo a pesar del largo periodo en que permanecieron allí (entre los siglos X y XVI), por lo que la balanza se inclina hacia que les engañó como a unos pardillos.
Uno de los cuatro hijos de Erik el Rojo, Leif Eriksson, siguiendo la tradición familiar, se aventuró a las zonas más occidentales de Groenlandia con el fin de encontrar nuevos territorios, y así fue como tras varios intentos y aventuras llegaron a la Península del Labrador y la zona de Vinland, la actual Terranova, que esta vez si que era verdad que era verde, tenía salmones y cultivaban vides (de ahí lo de Vinlandia). Sobre todo esto último les gustó mucho (tanto que se las llevaron cuando tuvieron que salir de allí por patas), así que se quedaron una temporada.
El primer asentamiento que construyeron, le pusieron el nombre de “Casas de Leif” (Leifbudir) y se dice que en la zona convivieron pacíficamente con los pobladores que ya vivían en el territorio, a los que llamaban skraellings (enanos), aunque conociendo el mal talante de la familia, y el apodo tan bonito que les pusieron, tendríamos que preguntárselo a ellos.
No en vano, años más tarde debido a las malas relaciones con los indígenas tuvieron que abandonar el asentamiento
Editora del portal online Nautical News Today. Licenciada en Ciencias Medioambientales y especialista en recursos renovables.