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Como los océanos son tan grandes, los seres humanos creyeron en otra época que era virtualmente imposible contaminar estas masas tan enormes de agua. Durante décadas, hemos utilizado los océanos como vertederos de nuestras aguas fecales, basuras, desechos químicos e incluso radiactivos. Como también utilizamos los océanos para el transporte, muchos accidentes de navegación han resultado contaminantes. Para proteger la vida marina y la salud de nuestro planeta, debemos encontrar soluciones a estos problemas.
La acidificación oceánica es un problema detectado recientemente, aunque sus implicaciones podrían llegar a ser tan importantes como las asociadas con el calentamiento global. De hecho, mientras éste último resulta difícil de medir, la acidificación oceánica puede ser cuantificada, es predecible y es progresiva.
Algunos estudios recientes muestran que la captación actual de CO2 por parte del océano superficial ocurre unas 100 veces más rápidamente que durante el final de la última glaciación (hace 20.000 años), que fue el último momento en el cual el CO2 aumentó de forma significativa.
El cambio del medio marino hacia unas condiciones más ácidas se debe al incremento de la cantidad de CO2 en la atmósfera. Esto se conoce como acidificación oceánica y ocurre cuando este CO2 reacciona con el agua de mar, al ser captado por el océano, produciendo un compuesto ácido. Cuanto más rápido aumente el contenido en CO2 de la atmosfera, más rápida e intensa será la acidificación del océano.
Diversos proyectos de investigación alrededor del mundo estudian este problema y, aunque todavía existen muchos interrogantes, hay un considerable consenso científico de que la acidificación oceánica es un hecho real y supone una amenaza importante para nuestro estilo de vida. De hecho ya hay tímidas actuaciones como la de Alemania, que ha permitido la fertilización artificial de los océanos con hierro, para que aumente la cantidad de fitoplancton y que los océanos puedan procesar así mayor cantidad de dióxido de carbono atmosférico para reducir la contaminación, es una de las propuestas de la geoingeniería para reducir el impacto ambiental de las actividades humanas. Y aunque experimentos similares se han llevado a cabo, con resultados no muy alentadores en unos casos y en otros sin obtener respuestas definitivas, es un avance, pero la pregunta es a que costo?.
Los océanos del mundo están enfermos por la contaminación, se han encontrado cangrejos muertos, envenenados por cadmio, peces infectados por mercurio, DDT, y otros venenos fabricados por el hombre, esta es una de las muchas causas que nos han dejado los avances tecnológicos. El resultado del análisis hechos por los técnicos industriales detectaron varios agentes contaminantes que tienen su origen en las aguas usadas, entre los que se encuentran materias orgánicas biodegradables (grasa, proteínas, glúcidos y ciertos detergentes).La quema de combustibles fósiles provoca un aumento del CO2 en la atmósfera que es captado por el océano y hace que éste se vuelva más ácido. Ensuciamos…pero hacemos algo para descontaminar?.
La acidificación oceánica producida por el hombre está afectando al océano de manera mucho más rápida que el ritmo de recuperación natural de la Tierra. La tasa actual de acidificación es 10 veces más rápida que cualquier otra experimentada desde la era de los dinosaurios, hace 65 millones de años.
Muchos organismos marinos en sus fases larvarias, juveniles y adultos pueden verse afectados de manera diferente por la acidificación del océano. Podrían crecen menos y más lentamente, los depredadores serán menos eficaces y las presas probablemente menos capaces de evitar su captura. En el caso de los adultos, el estrés causado por la acidificación del océano puede afectar a su comportamiento y en última instancia reducir sus tasas de crecimiento y la capacidad reproductora podría mermar, hasta el punto en que las poblaciones se vean afectadas.
La pregunta clave no es si la vida del océano se adaptará y se desarrollará en respuesta a la acidificación del océano. Lo que es cuestionable es su capacidad de adaptarse y desarrollarse suficientemente ante la ‘rápida’ acidificación del océano, de tal modo que las ‘nuevas’ comunidades que surjan sean capaces de proporcionar los mismos servicios y bienes esenciales que usamos y nos mantienen.
La mayoría de los estudios indican que cuando la acidificación aumenta, la calcificación disminuye, afectando a la formación de conchas y esqueletos. En lo que respecta a la calcificación, los organismos marinos reaccionan de distintas maneras en las diferentes etapas de su ciclo vital. Algunas de las primeras etapas de vida son especialmente sensibles a la acidificación.
La acidificación dificulta y en casos extremos impide por completo la formación de estructuras de carbonato cálcico por parte de organismos marinos como crustáceos, moluscos y corales, que necesitan de este componente para la formación de sus conchas y esqueletos externos. Muchos de estos organismos son la base de las cadenas alimentarias de miles de especies, por lo que su desaparición supone una gran amenaza tanto para los ecosistemas como para todas aquellas poblaciones que dependen de alguna forma de dichos ecosistemas. Seis de los países mas contaminantes -Estados Unidos, China, Japón, Canadá, Reino Unido y Corea- podrían ser de los más afectados, junto a otros de latitudes frías como Islandia, Noruega o Dinamarca, donde el impacto de la acidificación será previsiblemente más alto, y aquellos con grandes extensiones de arrecifes, como Australia, Indonesia, Filipinas o Belice.
En resumen, tenemos que concienciarnos todos antes que sea demasiado tarde y tomar una serie de medidas para reducir los niveles de CO2 en la atmósfera. Aunque ya estamos viendo cambios en la química del agua del océano como consecuencia de la absorción de CO2 atmosférico y los impactos derivados de ello sobre los ecosistemas marinos, estos cambios son reversibles a largo plazo.
1º.-Hemos de sustituir nuestra política energética basada en el carbón; pero ¿porque se sigue utilizando a pesar de estos aspectos tan negativos?, es simple la respuesta, es abundante ya que hay grandes reservas y es más barato extraerlo y procesarlo que otras fuentes limpias y renovables, además se siguen utilizando plantas antiguas sin realizar ninguna inversión extra. Concienciemonòs que hay que hacer un esfuerzo y cambiar por otras fuentes basadas en energías alternativas como la solar, la eólica y el hidrógeno.
2º.-Mucha menos contaminación energética en coches, camiones, trenes, aviones y barcos, así como en el hogar, oficinas, en las centrales eléctricas y en el sector industrial, con medidas eficientes y estudiadas.
3º.-Hemos de reducir la deforestación impulsando la plantación de más árboles para ayudar a reducir los niveles de dióxido de carbono.
¡¡Tenemos que conseguir reducir nuestras emisiones de CO2, entre el 25 al 40 % antes del 2020!!.
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