Pasó el verano, está terminando el otoño, y en general el calor no ha terminado de marcharse. El agua del mar ya no está a 25ºC, cierto, pero ¿por qué huimos de las playas? ¿Nos dan miedo las aguas frías?
Echando un rápido vistazo a las webs adecuadas, podemos ver que lo de aguas frías es relativo. En ellas encontramos que el mar está aproximadamente a estas temperaturas:
* 17ºC en las costas del Mediterráneo occidental (aunque en el sureste español puede llegar aún a 19ºC)
* 19ºC en el Mediterráneo oriental
* 16ºC en la costa atlántica de España, Portugal y Francia
* 23ºC en las costas de Florida (EEUU)
* (Como referencia, el cruce del Canal de la Mancha se hace en verano en aguas que oscilan entre 14 y 18ºC, ¡sin neopreno!)
Sí, con estas temperaturas hay que pensárselo un poco para nadar a pelo, pero nada que un sencillo neopreno no pueda solucionar para nadar en aguas frías. Y sin embargo las playas se han quedado casi vacías, las travesías son esporádicas: los nadadores de aguas abiertas, como las barcas, también tenemos nuestro particular hivernaje…
Pero piensa que aún faltan tres meses para que el agua alcance su temperatura más baja (esto en el hemisferio norte; si estás en el hemisferio sur tendrás que releer este artículo en seis meses). E incluso así el mínimo probablemente sean 13 o 14ºC – no confundir con aguas muy frías, digamos menos de 10ºC: ¡para nadar en ellas sí que hay que estar hecho de otra madera!
Cada nadador es un mundo. Cada uno tenemos nuestra particular motivación, nuestro objetivo, nuestra ambición. Pero cuando metemos un pie en el agua y la notamos fría, todos nos enfrentamos a la misma decisión: unos abandonan el mar hasta junio; a otros les da igual, no quieren ni oír hablar de contar baldosas; y muchos alternamos nadar en la piscina con salidas al mar.
* Para los primeros: sabed que una breve escapada al mar de vez en cuando es genial; o cuando menos, vivificante
* Para los segundos: hacer largos de 25 metros puede parecer aburrido, pero todo consiste en buscarle el lado positivo, en ver la botella (o la piscina) medio llena; y entrenar en la piscina tiene muchos beneficios
* Para los terceros: uno se acostumbra rápido a nadar en el ambiente recogido y seguro de la piscina, y se olvida un poco del aspecto bravo del agua de mar; pero recordad el dicho marinero, ¡safety first!, sobre todo en agua fría
¿En qué grupo estás tú? Para todos intentaremos ir trayendo artículos interesantes.
Foto: MagazineDigital