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Natación, entrenamientos, ¡motivación! ¿Como vencer a nuestro diablillo?

21 enero 2016

Como quien no quiere la cosa está a punto de terminar enero: pasaron año nuevo y la coletilla «después de fiestas»; llevamos días metidos en la cuesta de enero y las rebajas; y tus propósitos de año nuevo te miran con orgullo bajo el imán de la puerta de la nevera: seguro que escribiste «Natación, entrenamientos, ¡motivación!»

La mayoría se rinde; en pocas semanas, la hoja donde escribieron sus objetivos, como la natación, termina en la papelera. Pero tú no eres de esos. Tú, este año, vas a entrenar para llegar más alto, más lejos, más fuerte. Al fin y al cabo, es año olímpico: Citius, Altius, Fortius. ¿Hay mejor manera de motivarse?

Aún así… Hay dos tipos de personas (¡y que vivan las generalizaciones!): los que se enfrentan a la natación con energía, y a los que les da pereza por el frío. Seguro que tú eres de los primeros, y ya has empezado a entrenar más. Para los segundos, aquí van cinco ideas que puede dar un impulso a tu motivación.

1 natación piscina

1. Márcate un objetivo

Esta es buena época para empezar a tener claros los objetivos del verano: ya sea una travesía corta para iniciarte en las aguas abiertas; o bien decidirte por aquella de 7000 metros que tanto te apetece, pero para la que nunca crees estar preparado; ¿O tal vez un campeonato en piscina, en primavera?

Cualquier objetivo conviene empezar a prepararlo con tiempo. Y así tendrás una buena razón para mantenerte motivado durante el invierno.

2. Ve poco a poco

En enero y febrero tenemos la motivación bajo mínimos. Hay días en que incluso te cuesta salir a la calle, ya no digamos ir a entrenar. ¡Y encima medio desnudo, y en el agua!

Si te sientes así, empieza con solo un par de días de natación a la semana; y ve aumentando las sesiones, o su duración, poco a poco. El resto de tu entrenamiento puedes complementarlo con otros deportes: correr, bicicleta, esquiar… Hay infinitas posibilidades.

3. Sé flexible

Nadar cuando hace frío ya es suficientemente duro, sobre todo si lo haces en el mar. Programa tus entrenamientos, pero si ese día hace más frío de lo habitual, o llueve, o sencillamente no te apetece mucho, espera a mañana o pasado, a ver si sale el sol y te sientes más motivado. En su lugar, cambia la sesión por un rato de gimnasio, o sal a correr bien abrigado.

4. Sé sociable

Por mucho que nos guste, la natación puede llegar a ser tediosa. Una buena solución es estar en un grupo de entrenamiento; seguirás sin hablar mientras nadas, pero encontrarás  muchas ventajas:

* Intercambio de experiencias, objetivos, consejos…

* En los descansos entre series puedes comentar la jugada

* Motivación para aumentar el ritmo, siguiendo a los mejores del grupo

* Aprender de los demás

* El tercer tiempo: unas cervezas, un café, una ensalada verde con tofu…

A la hora de salir al mar ir en grupo es casi obligatorio, por cuestión de seguridad. Pero además ¡no vas a querer ser el cobarde que se eche atrás cuando veáis lo fría que está el agua!

5. Hazte con un entrenador

Ya nades en un club o por tu cuenta, tener un entrenador es una excelente idea: alguien que te vea desde fuera, que te dé las pautas de mejora que necesitas, que te guíe y, en caso necesario, te pueda corregir.

Nadar por tu cuenta te libera de ciertas obligaciones, pero por mucho que entrenes puedes terminar nadando en círculos, sin mejorar.

Con estos consejos, y mientras esperas a que llegue la primavera, no habrá quien te pare. Pero ¿todavía estás leyendo? ¡Coge tu bañador y corre a la piscina, ya!