Millones de piezas de plástico flotan en los océanos Atlántico y Pacífico. Una investigación explica la formación de estos verdaderos basureros en altamar. Sin embargo, aún no pueden predecir cuál será su impacto.
Los científicos de la Asociación de Educación sobre el Mar han descubierto un área del Océano Atlántico Norte donde se encuentra la mayor acumulación de desechos de plástico nunca hallados en ninguna cuenca oceánica, que podrían tener un efecto negativo sobre las aves marinas.
En este sentido, la científica del SAE Karen Lavender, explicó a la BBC que el tema de los plásticos ha sido «ignorado durante mucho tiempo» en el Atlántico, durante la presentación de los resultados del estudio que han realizado, en el Encuentro sobre Ciencias del Océano en Portland, EEUU.
Nadar en un mar de basura ya es posible. Los destinos turísticos son dos y se puede llegar a ellos en barco. La primera opción se encuentra en el océano Pacífico y rodea las tentadoras costas de Hawai. La segunda está en el mar Caribe y el Atlántico Norte. Imagine. Sol, aguas cristalinas y millones de piezas de plástico flotando a su alrededor junto a redes de pesca y quién sabe qué otras sorpresas más.
«Encontramos una región bastante lejana en el Océano Atlántico donde estos desechos parecen estar concentrados durante largos periodos de tiempo», indicó. Además, apuntó que más del 80 por ciento de los plásticos recolectados fueron encontrados entre 22 y 38 grados al norte, con lo que creen que existe una latitud a la que la basura parece acumularse.
Por otro lado, el informe destaca que la máxima densidad de los desechos, de 200.000 piezas por kilómetro cuadrado, resulta una cifra comparable a la registrada en el ‘Great Pacific Garbage Patch’, otra mancha de desechos situada al norte de Hawaii. No obstante, la investigadora puntualizó que no existe aún una estimación clara del tamaño de las manchas ni en el Pacífico ni en el Atlántico, y por ello, cree que utilizar el término ‘mancha’ puede ser «engañoso».
Los fragmentos de plástico recolectados tienen un tamaño milimétrico, la mayoría son aun más pequeños que una uña. Por lo tanto, no hay un camino viable para limpiarlo sin tener un impacto sobre los organismos microscópicos que viven en el océano.No conocemos el último destino del plástico en el mar. Sabemos que el material no es fácilmente biodegradable y que probablemente persista durante décadas y posiblemente algunos siglos o más, pero estamos investigando si los microbios marinos son capaces de usar este material como alimento y, así, degradarlo
El científico de la Universidad de Hawaii Nikolai Maximenko, que no ha participado en el estudio, apuntó que es «muy importante» continuar la búsqueda para descubrir los impactos del plástico en el ecosistema marino, ya que no se saben las cantidades que consumen los organismos vivos y «no se cuenta con suficiente información».
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