Este nuevo descubrimiento en el ya de por sí concurrido Mar Rojo se está convirtiendo en un reclamo más para los buceadores que ven ampliada de esta forma, la diversidad biológica a disfrutar en la zona.
La especie ha sido descubierta en el Mar Rojo, en la costa sureste de las Islas Farasan, en Arabia Saudita. Se observaron por primera vez en una inmersión nocturna en 2014, usando luz UV con filtros de color amarillo para guiar su camino bajo el agua profunda.
Descubrieron el resplandor de color verde brillante en el fondo arenoso, y se recogieron 32 muestras del caracol de mar que tenía la especie luminosas pegadas a ella. El análisis del ADN en las criaturas permitió a los investigadores compararlos con otras especies similares conocidas para tratar de identificar lo que realmente eran.
Estas pequeñas criaturas encontradas en el mar rojo, se encontraron unidas a unos caracoles de mar de unos 3 cm de longitud del género Nassarius margaritifer.
Los investigadores de la Universidad Estatal de Moscú Lomonosov indican que la especie es un pariente lejano de las hydras que son pequeños organismos que flotan en las aguas dulces de las regiones tropicales. La diferencia es que estas criaturas recientemente descubiertas son simbióticas, y viven en otros organismos; en este caso, los caracoles de mar en miniatura.
Se cree que pertenecen al genero Cytaeis y se trata de una hidrozoo, es decir, de un conjunto de pólipos especializados, con apariencia de medusa . En su fase de pólipo, suelen establecerse sobre conchas de moluscos.
Forma parte del zooplancton de todos los océanos templados y cálidos de la tierra, alimentándose de otros pequeños seres y de partículas orgánicas en suspensión.
Mientras que el papel de la luz verde aún no ha sido confirmado, los biólogos suponen que puede tener un papel importante en la caza de la presa ya que la luz está cerca de la boca de la especie, por lo que parece que la comida potencial puede moverse hacia él, atraída como una mosca a una lámpara.
El siguiente paso de la investigación será analizar los efectos de la luna y la luz del sol en la fluorescencia. Los investigadores indican que los hidrozoos necesitan luz para alimentar su brillo, pero se necesitan más investigaciones sobre los cambios de fluorescencia en función de si es noche o de día.
Esta noticia desde el Mar Rojo nos ha vuelto a recordar que en 2008 se otorgó el Nobel de Química a los profesores Martin Chalfie, Osamu Shimomura y Roger Tsien por el descubrimiento y desarrollo de la proteína fluorescente verde (GFP), y que se han desarrollado numerosos avances en la biología y la medicina desde que esto sucediera.
Hasta el momento se había encontrado esta proteína en alguna especie de hidrozoo siendo la primera vez que fue aislada la proteína en la medusa Aequorea victoria.
El GFT desde su descubrimiento, es muy utilizado, es más, es indispensable para muchos trabajos médicos y biológicos, usándose como marcador brillante para el estudio de la construcción de proteínas en las células.
Editora del portal online Nautical News Today. Licenciada en Ciencias Medioambientales y especialista en recursos renovables.