Nueva Zelanda avanza hacia el futuro
El pasado mes de abril, la primera ministra neozelandesa Jacinta Arden anunciaba que el país dejaría de otorgar permisos para la exploración y extracción de petróleo y gas natural en sus aguas.
Esta medida, de efecto inmediato, no afectará a los ya expedidos y a las extracciones en tierra. En el caso de los permisos para la exploración ya otorgados, si las empresas correspondiente encuentran gas y/o petróleo, podrán obtener un permiso de explotación de hasta 40 años.
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Arden, que basó parte de su campaña electoral en medidas para combatir el cambio climático, pretende convertir su país en líder en cuanto a erradicar las emisiones de carbono a la atmósfera.
Nueva Zelanda está libre de energía nuclear, desde 1984 que este país no usa reactores nucleares para la generación de energía. Ahora, con esta renuncia a la extracción petrolífera, se espera que a largo plazo, una vez finalicen los permisos de extracción de petróleo ya otorgados, este país utilice por completo las energías renovables.
“Damos un importante paso para abordar el cambio climático y crear un futuro limpio, verde y sostenible para Nueva Zelanda“, declaró la primera ministra, a demás de subrayar que esta medida no supondrá la pérdida de ningún puesto de trabajo.
Por otro lado, los detractores, entre los que se encuentran empresarios y el partido opositor, declaran que esto supondrá la pérdida miles de puestos de trabajo y de una importante fuente de dinero ya que las inversiones se irán al extranjero.
Mientras Nueva Zelanda está avanzando hacía un futuro libre de energías sucias, España vuelve a replantearse la concesión de permisos para realizar prospecciones en la zona de las Islas Baleares.
El pasado sábado 21 de abril, en el Boletín Oficial del Estado se podía encontrar lo siguiente: “anuncio del procedimiento de evaluación de impacto ambiental ordinario, para el proyecto de investigación «Uncovering the Mediterranean Salt Giant (MEDSALT-2)”.
Este proyecto de investigación pretende realizar estudios en las Islas Baleares acerca del depósito de sal producido durante el Mioceno superior al cerrarse el Estrecho de Gibraltar y evaporarse casi por completo el Mar Mediterráneo.
Estos depósitos masivos de sal pueden esconder entre sus capas importantes bolsas de petróleo y otros hidrocarburos. Es de todos sabido el interés de las compañías petrolíferas por esta zona del Mediterráneo, por lo que estos estudios podrían abrir la puerta a dichas empresas.
De tener luz verde, el estudio se realizara con los cañones de aire comprimido, lo cuales están más que demostrado el daño que provocan en los ecosistemas marinos. Por lo que los daños en esta zona de especial interés por su biodiversidad marina pueden resultar de especial importancia.
A demás, hay que destacar que por el archipiélago balear transcurre el corredor mediterráneo de cetáceos, donde todos los años transitan ballenas con destino al Golfo de León para alimentarse y luego de retorno hacia el estrecho de Gibraltar y otras partes del mar Mediterráneo, a demás de las numerosas familias de delfines residentes en la zona. A todos estos cetáceos les afecta muy significativamente las prospecciones con cañones de aire comprimido, provocándoles heridas internas en los oídos, desorientación y muerte al perderse y quedar varados en las playas.
¿Que el proyecto MEDSALT-2 realmente es una tapadera y lo que pretenden es buscar petróleo? Puede ser, pero lo que sí está claro es el interés que suscita este proyecto en las compañías petrolíferas.
España, una vez más, hace oídos sordos a las advertencias de los científicos y las organizaciones medioambientales y ecologistas. Mientras que países como Nueva Zelanda, escuchan dichas advertencias y apuestan por el cambio hacía un futuro de energías renovables y tierras y mares sanos.
Comunicadora colaboradora de Nautical News Today especializada en medio ambiente marino, biología marina y ciencias del mar.