El sorprendente pepino de mar rosa
Las profundidades de los océanos aún son un reino por explorar donde podemos encontrar aún animales sorprendentes como el pepino de mar rosa. Un reino donde a lo largo de los años los animales han ido desarrollando increíbles y raras adaptaciones, las cuales nos ha permitido ver criaturas raras, grotescas, tenebrosas, e incluso cómicas. De todas ellas destaca una especie de los conocidos pepinos de mar u holoturias, que ha tenido un proceso evolutivo un tanto peculiar, os presentamos los pepinos de mar rosa (Enypniastes eximia).
El pepino de mar rosa suele medir entre 10 y 30 centímetros de largo y se trata de una especie cosmopolita que la podemos encontrar entre los 450 y los 5500 metros de profundidad. Su dieta consiste en la materia orgánica que encuentra al filtrar el sedimento marino. Además, hay que destacar que el color de su cuerpo varía conforme al tamaño, los más pequeños tienen tonos rosa pálidos y los cuerpos más grandes tienden a ser rojizos.
Como ya habéis podido deducir por las fotos, la principal característica del pepino de mar rosa es su cuerpo transparente. Es tal la transparencia de este animal, que podemos ver a través de él sus intestinos. Tiene un cuerpo cónico en forma de barril, con un velo que le facilita la natación y un total de 10 a 15 “pies cónicos” que le ayudan a moverse por el fondo y a comer, situados formando un circulo al rededor de la boca.
El pepino de mar rosa es bioluminiscente, al igual que la mayoría de los habitantes de las profundidades, es decir, que su cuerpo es capaz de emitir luz. La producción de luz se activa mecánicamente y es posible gracias a numerosos cuerpos granulares que el animal tiene repartidos por la piel. Esta característica le ha permitido desarrollar una estrategia de defensa bastante ingeniosa ya que, debido a que el pepino de mar rosa tiene una piel muy frágil, cuando un depredador le roza, la piel se desprende y, gracias a que es muy pegajosa, se adhiere al cuerpo del depredador convirtiéndolo en una presa fácil debido a la luz que emite la piel de esta peculiar holoturia.
Otro aspecto de este curioso animal es que pasa la mayor parte de su vida nadando en la columna de agua. Las holoturias que estamos acostumbrados a ver cuando buceamos son animales bentónicos, es decir, que pasan toda su vida pegados al fondo del mar. Sin embargo, para evitar a los depredadores del fondo, el pepino de mar rosa sólo toca el fondo para comer. Una vez se ha alimentado de los sedimentos bentónicos, se impulsa del fondo y nada hacia la columna de agua donde es más fácil pasar desapercibido por los depredadores.
Sin lugar a dudas, los fondos oceánicos son un hábitat complejo y misterioso, repleto de sorpresas y de animales con adaptaciones que ni siquiera Darwin sería capaz de imaginar. Si apenas el 5% del fondo de los océanos ha sido explorado… ¿Os imagináis la cantidad de animales que quedan aún por descubrir?.
Comunicadora colaboradora de Nautical News Today especializada en medio ambiente marino, biología marina y ciencias del mar.