Port Royal fue fundada en 1518 por los españoles. Frente a la bahía de Kingston se encontraba una isla arenosa donde los españoles solían carenar los galeones y allí se levantó la ciudad.
Fue uno de los primeros asentamientos de Colón al llegar al nuevo mundo. Al ver la isla por primera vez, Colón dijo de ella que era “la isla más bella que unos ojos han visto”, pero la alegría duró poco tiempo.
Hacia 1600, Port Royal se convirtió en una de las ciudades más grandes del Nuevo Mundo, y su situación en el Sureste de Jamaica, la convertía en un puesto comercial muy importante en el Mar Caribe en las rutas del Nuevo Mundo.
Hacia 1655 se produjo la invasión inglesa, con el fin de hacerse con el dominio de esta ruta hacia el viejo continente, pero al encontrarse algo desvalidos y solos en una zona dominada por los españoles (algo así como Asterix en la Galia), decidieron repartir a diestro y siniestro patentes de corso para “legalizar” a los piratas, y que establecieran allí su residencia.
De esa manera, pretendía tener un ejercito mayor en el caso de una posible reconquista por parte de los españoles.
La presencia de los piratas en Port Royal, conllevó que en poco tiempo se convirtiera a parte de una ciudad rica, por el saqueo de los barcos españoles, en una ciudad de vicio y perdición. Se multiplicaron los salones de juego, la prostitución, el alcohol, las peleas y asesinatos, el comercio de esclavos… de manera que en vez de una Suiza del Caribe, pasó a ser más bien Sodoma y Gomorra.
El 7 junio de 1692 un terremoto de magnitud 7,5 azotó la isla matando a 2000 personas muertas y dejando 3000 heridos (pirata arriba, pirata abajo). Edmund Heath, uno de los supervivientes dijo del acontecimiento: “La tierra se abrió y tragó mucha gente delante de mí, y el mar que se levantó como un muro, y llegué a la conclusión que era imposible escapar.” Se dice que aun cuando la tierra dejó de temblar, no cesaron los saqueos y robos a todo lo que se había salvado del terremoto.
Los santurrones españoles que llamaban a la Port Royal, «La Ciudad más malvada de la Tierra» y se habían quedado sin la Isla y sin poder ir a Las Vegas del Caribe, atribuyeron el acontecimiento a un “castigo divino”.
En realidad hoy en día se sabe que la causa real fue que la base de la isla era de arena y de sedimentos apilados en las laderas de un peñasco de piedra caliza en forma de V. El terremoto sacudió los cimientos y el noventa por ciento de la ciudad se hundió a una profundidad de entre 6 y quince metros bajo el mar.
La ciudad que yace en el fondo de el mar es un sitio arqueológico muy importante de objetos de XVI y XVII. Muchos de estos objetos han sido recuperados y se exponen en el Museo de Historia y Etnografía en el Instituto de Jamaica en Kingston
Editora del portal online Nautical News Today. Licenciada en Ciencias Medioambientales y especialista en recursos renovables.