El Estrecho de Gibraltar es un singular enclave geográfico de nuestro planeta, donde se mezclan las aguas del océano Atlántico y del mar Mediterráneo, y donde Europa y Africa, casi se tocan. El fondo marino en esa zona presenta varias cordilleras montañosas y profundos cañones (hasta 1000 metros de profundidad), moldeados por la acción de las corrientes marinas que son intensas en esa zona.
El agua mediterránea es más densa que la atlántica, pues contiene más sal. El agua atlántica que entra en el Mediterráneo y que compensa la evaporación, es salada y al evaporarse contribuye a aumentar el contenido en sal del Mediterráneo. Esa cantidad de sal fija y renovada por la evaporación, es la que contribuye a que al salir por el Estrecho al Atlantico, fluya desde la profundidad ya que pesa más y es más fría por su mismo contenido salino, mientras la que entra en el Mediterraneo es superficial por lo tanto más caliente; o sea que el Mediterraneo importa calor del Atlántico y a cambio le exporta la sal que le sobra.
Este sorprendente fenómeno: La circulación de dos corrientes opuestas en su dirección y en contenido, han hecho posible la vida en toda la Cuenca Mediterránea, cuna de todas las culturas y seguramente del hombre como ahora lo conocemos.
Todos estos fenómenos unidos explican el clima la flora y la fauna, la meteorología del Mediterráneo y nos da a entender el papel importante que juega en nuestras vidas el frágil Estrecho de Gibraltar.
Esta corriente salina que sale del Estrecho, contribuye a la formación de la La Corriente del Golfo, que es una corriente cálida al norte del océano Atlántico que fluye en dirección noreste desde el estrecho de Florida a la región de los Grandes Bancos, al este y al sur de Terranova y es la base del clima europeo.
El aumento de la sal en esta corriente afecta la densidad del agua. A su vez, la densidad afecta muchos otros parámetros como los procesos de mezcla de las diferentes masas de agua, todos estos cambios son difíciles de predecir a largo plazo. Si la Corriente del Golfo cambia de dirección hacia el oeste, causaría el enfriamiento de la Europa del Norte y al revés, si va hacia el este, lo que haría seria calentar el clima. Sí dejará de moverse esta corriente, la temperatura de Europa hasta el estrecho de Gibraltar bajaría 6 grados de media abarcando desde Noruega a España. Frente a estas dos posibilidades, los científicos intensifican sus esfuerzos para llegar a previsiones más exactas.
En resumen, la estabilidad de Transporte Oceánico es necesario para la equilibrio de la Tierra. Si cambia, se alteraría la distribución y formación de los vientos, se modificaría el clima global, aumentaría la frecuencia y formación de huracanes y aumentarían las precipitaciones, o no llovería en absoluto. Todos estos cambios deteriorarían o cambiarían lo que ahora conocemos como ciclos normales y como consecuencia afectaría nuestro Planeta y los que en el habitamos.
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