Restaurantes Marineros. El Bocca

El chef Oriol Lomas, de El Bocca, ha dado un acertado giro hacia un menú de degustación que le permite expresarse con plenitud, y donde el producto del mar tiene especial protagonismo.

El Bocca se ubica en Regencós (Girona), concretamente en una pequeña finca situad en el ‪Carrer Rajolers 16 perfectamente integrada en el estilo del Baix Ampordá, una de las comarcas más deseadas de Catalunya. Dispone de un amplio parking como antesala a un jardín minimalista, donde figura la terraza que acoge la mayor parte de mesas. En la casa principal se encuentran la cocina, bodega, almacenes y una pequeña sala. Dispone de dos pequeños anexos, uno en el que se configura otro comedor los meses no calurosos, mientras el segundo lo ocupan esculturas de Marta Moreu, cuyas obras también decoran discretamente el jardín.

El ambiente relajado y agradable de El Bocca, contrasta con la imagen que transmitía el chef Oriol Lomas en el reality televisivo Top Chef, idea preconcebida que debemos dejar de lado. Lo que si mantiene, incluso ha potenciado sabiamente, es su concepto Freestyle Cooking, que un servidor entiende como joven cocina creativa de fusión. La experiencia multicultural acumulada por este joven, aunque suficientemente preparado, chef en numerosos viajes queda patente en sus creaciones. Pero lejos de “forzar” maridajes de forma snob y sin sentido, atina con sabores y texturas sin abusar en ningún momento de especies o condimentos. El sabor del producto principal de cada plato es reconocible desde el primer hasta el último bocado.

Este estilo tan arraigado en Lomas, ahora cobra todo su sentido en el menú de degustación que ofrece el Bocca. Consiste en una base de diez platos, que va renovando con una cadencia lenta pero suficiente para volver al cabo de unas semanas y seguir encontrando nuevas propuestas que sorprenden.

El día de nuestra incógnita visita, el menú de degustación arrancaba con algún producto del mar en sus tres entrantes, y continuaba en los siguientes cuatro platos. No puede esconder su origen mediterráneo, ni renegar de su ubicación en plena Costa Brava, factores que conllevan platos de cocina marinera. Tal vez no como la entendíamos tradicionalmente, pero gastronomía marinera en toda regla. ¿Acaso Aponiente tiene algo de tradicional más allá del pescado?

Nuestra cena arrancaba con una croqueta de mascarpone y calabaza cubierta con una crema de changurro, que me hizo pensar en tomar notas para luego escribir, cosa no prevista cuando decidí ir al Bocca. ¿Alguien dijo vacaciones?. A continuación un hummus de calabacín alegrado con un boquerón en vinagre y un ceviche de corvina antológico. Tanto, que lo sirven en un moderno vaso para invitar a beber el jugo final, muy sabroso, apenas especiado y en absoluto ácido. Una delicia que repetimos dos de los cuatro comensales, cuando previamente a los postres nos ofrecen repetir si nos hemos quedado con hambre. Tras el ceviche, llegaba el turno a un tartar de atún rojo, elaborado como lamentablemente no abundan. Tras un maki de aguacate caliente y con textura crujiente, llegaba la versión Thai del pescadito frito interpretado por Oriol Lamas: sendos bocados de cangrejo y tiburón rebozados. Luego de tan original idea, una mini hamburguesa de cordero fue la antesala de un pulpo a la brasa con parmentier de patata, carne y tiras crujientes de popoto, donde demuestra su buen hacer en el arte de mezclar culturas y productos. Después, una carne exquisita como antesala de los dos postres.

La cantidad es acertada, llegando con suficiente aliento a la recta final para seguir disfrutando sabores y texturas. El precio resulta justo, pues los 40 euros por persona sin bebida están sobradamente justificados en la mesa, con el plus añadido del encanto que derrocha la pequeña finca, y el atento trato del personal.

El Bocca es un restaurante de temporada, que arranca tímidamente en fines de semana a partir Marzo, funcionando toda la semana desde junio hasta octubre. Sólo atiende en turno de noche a partir de las 19:30 horas. Conviene reservar para evitar sorpresas porque el cambio de propuesta no ha reducido su audiencia.

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