Con una estela de tres décadas Sa Roqueta no defrauda. Su arraigada vocación al mar le convierten en un restaurante marinero donde disfrutar su cocina tradicional, de las que poco abundan.
Respirando mar por todos sus poros, el restaurante Sa Roqueta está en el Portixol, un pequeño puerto antaño de pescadores situado en las afueras de Palma hacia el aeropuerto. Se encuentra, en un bello y muy tranquilo marco, concretamente en el número 11 de la calle Sirena, donde anteriormente existía un taller de reparación de velas de los laúts, los botes mallorquines de vela tradicionales empleados para pescar.
La terraza la entrada incluye tres mesas, que tal ves sean de las más cotizadas en los restaurantes de la bella capital mallorquina. Una calle estrecha, sin apenas tránsito, separa la terraza de las embarcaciones amarradas en el Portixol, un buen presagio para un restaurante marinero.
No es casualidad que Sa Roqueta sea un pequeño local muy apreciado, pues su fundador Biel Serapio inició la singladura con una cantina marinera. Antiguo pescador, Biel soltó amarras junto a su hijo y actual propietario Toni y su mujer Nieves Carbonell. Mientras Biel y su nuera se hacían cargo de los fogones, Toni atendía el comedor. El negocio creció, y pasó a ser un restaurante marinero, que en 1996 se unía a la tripulación el cocinero alicantino José Antonio Vilanova, sustituyendo al fundador.
Conocedores de la materia prima como pocos, en Sa Roqueta ofrecen una carta donde los productos del mar protagonizan todos sus plato. Su oferta combina algunos platos fijos y una remarcable cantidad de platos del día acorde a las capturas de temporada y cada jornada. Como gusta decir el matrimonio, “pescados, mariscos y cefalópodos palpitantes”. Tanto, que justo en la entrada del pequeño local se encuentran un vivero donde frecuentemente se mueve alguna langosta.
Su propuesta es pues amplia y variada, beneficiándose de una adecuada rotación que les permite una propuesta que va cambiando. Su menú está basado en recetas familiares y de barca, donde Biel era el encargado de cocinar en sus años pesqueros, como la Fideuà Mulata, arroz meloso de bogavante o a banda con espardeñas y alcachofas, un excelente gallo al limón, caldero de marisco y otros más inspirados en productos del campo como las habitas con gambas y huevos rotos, las gambas rojas con pochas o las lentejas con marisco. Pescados a la plancha o al horno no faltan, pero tal vez el plato estrella de Sa Roqueta sea su Trempó de Sepia: un típico trempó mallorquín al que se le unen unos dados de sepia salteados.
Un plato que mantiene en su carta desde su inauguración y que distingue a este restaurante marinero, donde su aforo reducido aconseja reservar con antelación y probablemente coincida con algunos ilustres comensales que suelen frecuentar Sa Roqueta.
Fotos: Martinez Studio
Periodista colaborador de Nautical News Today especialista en Gastronomía Marinera, restaurantes de cocina del mar y destinos gastronómicos.