El sueño de la mayoría de los buceadores es poder bucear algún día en alguno de esos espectaculares arrecifes de coral que vemos muy a menudo en los documentales. Pero…¿sabemos realmente que son los corales?
Para empezar, en contra de la creencia popular, los corales no son vegetales sino animales, concretamente animales coloniales llamados zooides o pólipos. Las colonias pueden estar formadas cientos de miles de individuos y alcanzar tamaños descomunales.
Taxonomicamente los corales pertenecen al filo Cnidaria y a la clase Anthozoa. Es decir, que los pólipos están emparentados con las medusas y las anémonas.
La estructura coralina que nosotros vemos no es más que un exoesqueleto calcáreo que segregan los pólipos para protegerse. Los espectaculares colores que observamos son debidos a unas microalgas llamadas zooxantelas, que viven dentro del tejido del coral.
Los pólipos son carnívoros capaces de atrapar plancton por sí solos; sin embargo la mayoría de los corales obtienen la mayor parte de sus nutrientes de productos derivados de la fotosíntesis de las zooxantelas. Para cazar, los pólipos sacan sus tentáculos al exterior, estos tienen unas células urticantes llamadas nematocistos, que descargan el veneno en respuesta al contacto con otro organismo.
La presencia de estas microalgas es la principal causante de que los corales necesiten vivir en aguas muy claras y poco profundas con mucha luz. Por eso, salvo excepciones, no solemos encontrar coral a más de 50 metros de profundidad.
Cuando se sienten estresados por factores externos como la contaminación o el cambio de la temperatura del agua, los corales expulsan a las microalgas de su interior, provocando el famoso blanqueamiento del coral, que puede acabar por matar la colonia si el estrés no se reduce.
Respecto a la reproducción, entre todas las especies encontramos reproducción sexual y reproducción asexual. Por norma general, la fecundación suele ser externa, aunque hay excepciones. Todos los gametos son expulsados al mar a la vez por todos los individuos de distintas especies que conforman el arrecife siguiendo las fases lunares o las mareas.
Los arrecifes comienzan a formarse cuando un pólipo se ancla a una roca del lecho marino y a continuación se divide en miles de clones. La estructura calcárea de los pólipos conecta a estos entre sí, creando una colonia que funciona como un organismo individual.
Como se observa en el video de cabecera, los corales son seres muy dinámicos y activos, incluso si dos corales llegan a acercarse demasiado entre sí, pueden pelearse entre ellos por el espacio y quien pierda dedicará sus esfuerzos a crecer hacia el otro lado.
Los arrecifes de coral, como bien sabemos, están en grave riesgo de desaparición, tanto por el calentamiento de las aguas y la acidificación como por acción directa del ser humano. Es uno de los ecosistemas más ricos del mundo -por no decir el que más- por lo que perderlo supondría un gran impacto para nuestro planeta y por tanto, para el ser humano. Como siempre, en nuestras manos está su protección.
Comunicadora colaboradora de Nautical News Today especializada en medio ambiente marino, biología marina y ciencias del mar.