En los último años se están estudiando las zonas más profundas de los océanos con el fin de encontrar nuevos minerales que puedan ser beneficiosos para el progreso, y al mismo tiempo se han encontrado un gran número de seres vivos.
En este caso, se ha llegado hasta la fractura de Clarion-Clipperton en el océano Pacifico, con una profundidad de 3600 a 5500 m. En estas inmersiones a parte de los elementos deseados, se han descubierto distintas formas de vida marinas. Se han encontrado unos nódulos ricos en minerales como níquel, cobre, cobalto y diversas tierras raras relacionados con los nuevos seres vivos descubiertos.
La presencia de estos nódulos es de interés internacional ha hecho que empresas de más de 16 países estén pendientes de una explotación futura.
Como era de esperar, las implicaciones ambientales de la minería, no han pasado desapercibidas.
Para complicar más el problema, existe poca información sobre las especies y ecosistemas vinculados estrechamente a los nódulos encontrados en estas profundidades. Sólo este año, en estas expediciones a zonas de aguas profundas antes inexplorada, se han descubierto desde un pulpo fantasma a un hermoso disco misterioso, púrpura.
Según indica Diva Amon, un investigador post-doctoral en la Universidad de Hawai «Hemos encontrado que esta zona en donde se encuentran los nódulos, alberga una de las comunidades más diversas de megafauna (animales de más de 2 cm de tamaño.
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En esa misma investigación, se descubrió que la cantidad de nueva vida marina encontrada era proporcional a la abundancia de estos nódulos.
«Las mayores sorpresas de este estudio fueron la gran diversidad, un gran número de nuevas especies y el hecho de que más de la mitad de las especies se encuentran en el mismo lugar que los nódulos».
Teniendo en cuenta que los nódulos tardan millones de años en formarse, erradicarlos del entorno pueden ser nefastos para el bioma de alta mar.
«La razón fundamental para la explotación de minerales en el fondo del mar se basa en su valor monetario». La famosa bióloga marina y oceanógrafa Sylvia Earle, dijo recientemente que «Los sistemas vivos que serán destruidos no tienen valor monetario por lo que mientras que las decisiones sobre el uso del mundo natural continúe basándose en la ventaja financiera para un pequeño número de personas a pesar de los riesgos para los sistemas vivos, estos sufren un grave riesgo.
Editora del portal online Nautical News Today. Licenciada en Ciencias Medioambientales y especialista en recursos renovables.