En esta última semana han llegado noticias de dos tornados de grandes magnitudes en las costas españolas que ha avivado el debate sobre el cambio climático.
En una de las ocasiones se trataba de una manga marina situada cerca de la ciudad de Valencia, y en el otro caso, de un tornado en la localidad costera de Palos de la Frontera pero, ¿pueden estos tornados estar relacionados con el cambio climático?.
Ya existen numerosos estudios sobre la relación de los tornados y el cambio climático en Estados Unidos, donde se ha llegado a la conclusión, no sólo de que están relacionados, sino que es una de las principales circunstancias que lo provoca.
En la actualidad existe cierta tendencia negacionista hacia el cambio climático que parece estar basada en… nada.
Muy al contrario, científicos e investigadores de gran prestigio en el campo del la climatología no tienen ninguna duda en ello.
La ciencia está intentado esclarecer la conexión clara entre estos fenómenos climáticos y el calentamiento global, señala Marshall Shepherd, experto en cambio climático y profesor de la Universidad de Georgia, en Estados Unidos.
El cambio climático no está solamente alargando las sequías y desatando fuertes precipitaciones, sino que también está propiciando cambios bruscos en las presiones atmosféricas que influyen en la intensidad de los vientos.
La formación de los tornados tiene como uno de sus ingredientes la energía potencial convectiva disponible, o CAPE, que se crea cuando el aire en la atmósfera se calienta más bajo. El aire caliente sube, batiendo la humedad a altitudes más altas.
El mayor calentamiento de la superficie del mar, podría estar relacionado entonces con la formación de estas trombas marinas y los tornados en localidades costeras.
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«Lamentablemente, tenemos muchos ejemplos de casos en los que una sola tormenta ha tenido un impacto desastroso «, dijo Noah Diffenbaugh, profesor de Tierra, Energía y Medio Ambiente en Stanford Woods Institute for the Environment. » Esto provocará por lo tanto un aumento del 25 o 30 por ciento en la ocurrencia anual representa un aumento sustancial en el riesgo general. «
El profesor Diffenbaugh hace hincapié en que el modelado en el último estudio realizado desde su universidad, sólo se fija en la probabilidad de que las condiciones atmosféricas dan lugar a la formación de fuertes tormentas eléctricas.
Los modelos no son capaces de predecir si en estas condiciones atmosféricas maduras generan tormentas o tornados severos.
Su equipo espera crear modelos más sofisticados que serán capaces de superar esta limitación y desarrollar formas de representar mejor los procesos que producen las tormentas individuales en la atmósfera real.
Editora del portal online Nautical News Today. Licenciada en Ciencias Medioambientales y especialista en recursos renovables.