Con más de 200 kilómetros de costa y un ambiente mágico, la isla de Ibiza es una de las joyas de la corona del turismo náutico español.
La isla de Ibiza y sus más de 40 peñascos e islotes comenzó su andadura en el paseo de la fama del turismo náutico internacional a finales de los años 60 del pasado siglo donde los hippies y un grupo selecto de ovejas descarriadas de la burguesía española se refugiaban en el Lola´s, la única discoteca que había en la ciudad de Ibiza para dar germen a este icono mundial.
Parece que la historia de Ibiza, antes de esta década no tiene transcendencia para la sociedad actual pero la isla y sus gentes forjaron este trozo de tierra rodeado de mar conviviendo y adaptándose con cualquier “visitante” que se topaba con la isla.
Romanos, fenicios, bizantinos y otomanos poblaron sus tierras durante la historia, enriqueciendo la cultura y forjando el especial carácter de los ibicencos, que fusiona a un rudo marinero con un hábil comerciante y un valiente corsario.
Un carácter que les ha permitido “domar” a esas avalanchas de turistas que intentan conquistar su paraíso durante la época estival, evitando caer en las garras de Satanás y llegar a su preciado mes de noviembre donde todo vuelve a su calma natural, y los verdaderos dueños de esta isla se juntan en las plazas a soñar despiertos o disfrutar de un Arròs de Matances con un buen vino payés, acompañados de la “familia”.
Respetando al máximo ese espacio fuera de temporada de los ibicencos, mi recomendación sería vivir la isla durante los meses de enero a mayo para disfrutar del verdadero turismo náutico. Cierto es que hay que vivir el alboroto cosmopolita de esa Ibiza famosa en el mundo entero que fragua en los meses de julio y agosto, pero para los que adoramos esta isla, esos que pertenecemos a la era post-hippie, y que hemos sido espectadores pasivos de la evolución de la isla, volver a Ibiza en marzo, por ejemplo, es como una bocanada de energía, auténtica y bucólica.
Hablar de que visitar y donde ir en Ibiza es algo casi, contraproducente. Cada uno puede encontrar la magia en un sitio diferente de la isla. Una cala, un atardecer o un rincón de la ciudad de Ibiza pueden desencadenar el hechizo del Turismo Náutico en Ibiza.
Lo mejor es ir a la “Isla Blanca” con la mochila lo más vacía posible para poder absorber todo lo que te puedas encontrar en los días que compartas con ella. Seguro que que si tu energía es positiva, cuando regreses, se convertirá en uno de esos destinos de turismo náutico recurrentes para siempre.
Para mí, la mejor forma de visitar la isla es por mar. Un velero, un catamarán o una lancha,… da igual. Eso si, la precaución será tu mejor tripulante. Pese a estar en el mar Mediterráneo, sus innumerables islotes y peñascos, junto con algunos bajos hace que preparar tu singladura sea muy recomendable para que la experiencia sea satisfactoria.
Los puertos que dispone la esta isla de Baleares son el de San Antonio de Portmany, con una gran bahía donde fondear y con la isla de Conejera enfrente, el puerto de Santa Eulalia del Río y el de la ciudad de Ibiza, que aglomera cuatro zonas de amarres como Marina Botafoch, el primero que te encuentras cuando entras en el puerto a estribor, seguido de Marina de Ibiza, también a estribor, llegando al Club Náutico, al fondo de la dársena y la zona de amarres públicos, muy solicitados y una zona privilegiada, al lado de los grandes superyates, a babor.
No obstante, si eres marinero o quieres vivir una experiencia de turismo náutico completa en Ibiza, te recomiendo que fondees en las calas, insistiendo en la precaución y el buen hacer marinero para no terminar con tu barco en las rocas en plena noche, algo más que habitual para los inconscientes o novatos.
Mis zonas de fondeo preferidas son Porroig, antes de cruzar los Freus, muy protegida de casi todos los vientos y donde dispones de boyas de fondeo, la bahía de San Antonio en lado Oeste de la isla o Talamanca en las inmediaciones del puerto de Ibiza.
Despertarse con el agua en calma, con una visibilidad hasta el fondo, con el Sol regalándote sus primeros rayos y desayunar en cubierta. Una experiencia que marca las diferencias.
Pero si hablamos de magia, tenemos dos zonas preponderantes como son los temidos Freus y el islote de Es Vedrà.
Los Freus es una serie de islotes que separan Ibiza de Formentera y donde la profundidad es reducida y muy variable. A priori, parece que puedes pasar por cualquier sitio pero no es así. Dependiendo del calado de tu barco, habrá unas zonas donde sí y otras donde no. Cruzarlos siempre es especial, aunque lo hayas hecho quinientas veces, sobretodo por que en alguna de esas veces, lo habrás hecho con mala mar y entonces hasta los más experimentados tragan saliva.
Es Vedrà es la roca mágica. Si tienes la posibilidad de verlo desde Espalmador, en Formentera, al atardecer, se te quedará grabado en la retina y querrás que el tiempo se pare.
No puedo terminar sin recomendarte que descubras la isla de Ibiza a través de algún deporte náutico. Buceo, motos de agua, parasailing, kayacs de mar o simplemente embarcándote en una excursión en lanchas rápidas.
Una isla famosa, donde todos quieren ir, punto de encuentro para muchos y donde si quieres, puedes perderte…
Consultor experto en Turismo Náutico y deportes de agua. Director del portal Nautical News Today, presidente de la Fundacion Water Sports Plastic Free, presidente del Consulado Internacional del Mar y miembro de la Asociacion Española de Periodistas Náuticos. Colaborador del ABC de la Vela, Onda Vasca, Cadena Ser. Promotor de eventos náuticos y viajes náuticos. Desarrollo proyectos náuticos a nivel global trabajando activamente con empresas y promotores de eventos náuticos.