Turismo Náutico en las Rías Altas. Alma marinera

Hablar de Galicia sin el turismo náutico, o como les gusta llamar a los más puristas, turismo marinero es como tomarte una pulpo a feira sin un buen Ribeiro.

Hoy quiero que me acompañéis en un viaje, enfocado al turismo náutico, que bien conozco y del cual siempre estoy dispuesto a repetir.

No tengo sangre gallega pero si muchos lazos de mi época universitaria donde las Rías Altas se convirtieron en mi refugio y donde descubrí que el verdadero océano Atlántico no se esconde miles de millas a dentro si no que te muestra todas sus caras cerca de las costas gallegas.

Las Rías Altas gallegas tienen una mirada diferente, que no he encontrado en casi ninguna costa del mundo. Desafiante, atrayente y mágica atrapa a los verdaderos amantes de mar y a todo lo que llega a salpicar con su salada agua.

En un principio no sabía si empezar de sur a norte o de norte a sur ya que el alma marinera te lleva a elegir una y la periodística la otra. Al final, decido empezar el turismo náutico por la frontera entre Galicia y Asturias, donde la Ría de Ribadeo ejerce de límite natural.

Ribadeo es un pueblo marinero con un puerto de suficiente envergadura para ser tomado en consideración para recalar con grandes embarcaciones, gran ventaja para el turismo náutico. De hecho, entre Ferrol y Avilés, es el único que puede albergar grandes esloras. Su principal atractivo, que se ha enfocado hacía un turismo de calidad, que viene potenciado por una de las playas más famosas del mundo por sus formaciones rocosas esculpidas por el viento y el agua, la Playa de Las Catedrales.

Nuestra ruta, tanto por mar como por tierra nos lleva hasta la Ría de Viveiro, con su municipio del mismo nombre donde podremos fondear cerca de la playa de Area si nos gusta la aventura o bien en el puerto, si buscamos resguardo. En Viveiro, el camino es claro. Callejear y abrir los ojos en busca de la plaza de abastos y la lonja de pescado. Cuando salgas, sin darte cuenta, tu energía será más positiva. No pierdas la oportunidad de llenar la despensa de tu barco con una buena empanada o una torta de Guitiriz.

De aquí, nuestro próximo destino es Cariño, punto de encuentro de grandes joyas de las Rías Altas pero sin olvidarnos de pasar el balcón al mar que hay en Punta Roncadoira y por el punto más al norte de la península Ibérica, el cabo de Estaca de Bares. Dos paradas muy recomendables si viajas por tierra y de extraordinaria belleza si lo haces desde el mar, sean las condiciones que te encuentres.

Ya en Cariño, el Cabo Ortegal da inicio a unas de las cornisas más impresionantes de toda la costa atlántica europea con la sierra de Capelada generando unos acantilados con una caída de más de 600 metros que en algunos puntos es casi en caída vertical. Un lugar perfecto apara que las malas energías el viento te ayude a eliminarlas.

De camino a nuestro siguiente punto de singular interés, Cedeira, si somos un poco supersticiosos deberíamos pasar por el Santuario de San Andrés de Teixido, que según reza la leyenda “A San Andrés de Teixido ha de ir de muerto el que no fue de vivo”. Una afirmación algo condicionante pero que no se si merece la pena desafiar…

Habiendo parado o no en el santuario, llegaremos a Cedeira a la que se conoce por tener uno de los mejores percebes de toda Galicia, con permiso de los de la Costa da Morte. Una excusa perfecta para parar, comer y darte un paseo cerca del mar.

A partir de este punto llegamos a la zona de costa más poblada de las Rías Altas pero donde Valdoviño es un punto de equilibrio perfecto. Con playas tan conocidas como Pantín o Valdoviño, sobretodo por los amantes al surf, es una zona de extraordinaria belleza para descansar y recuperar fuerzas.

Llegamos a la influencia de Ferrol, una ciudad con mucha historia reciente y que poco a poco ha sabido buscar su hueco después de la transformación de la industria naval y de su fuerte influencia militar. Ahora Ferrol es una ciudad donde vuelve a verse el brillo de antaño y que ha perdido el gris de décadas pasadas.

En Ferrol tienes todo lo que puedas necesitar para tus vacaciones marineras. Una ría muy protegida, servicios y a una distancia perfecta de destinos que merecen mucho la pena visitar como la playa de Doniños, una perla escondida detrás del Cabo Prior. Intacta, extensa y donde su fusión con el océano Atlántico hace las delicias de los surfistas.

Muy cerca de Doniños tenemos otra playa de interés para los deportes náuticos. La playa de San Jorge, recomendada para la práctica de cualquier disciplina relacionada con el kiteboarding.

Pero volviendo a la ría de Ferrol, no dudemos en coger el pequeño barco que cruza hasta Mugardos. Un pequeño pueblo pescador desde donde comienza una ruta de senderismo que bordea la ría pasando por el castillo de la Palma y donde encontrarás mini playas, íntimas donde disfrutar de unas vistas espectaculares. Ya de vuelta, no te olvides de comer en cualquier bar del puerto de Mugardos un poco de pulpo y unos mejillones. Un secreto que pocos conocen…

Nos despedimos de Ferrol. Si salimos navegando, esta ría te dejará un sentimiento extraño, como si no quisiera dejarte escapar y donde, a buen seguro, alguna vez más volveras.

Ya fuera, a nuestro babor encontraremos la Ría de Ares y la de Betanzos, también llamada popularmente la de Sada, que alberga una de las grandes marinas de las Rías Altas y donde dispondrás de todo lo que necesites para solucionar cualquier incidencia con tu embarcación.

Al fondo divisaremos ya la Torre de Hercules que nos avisa de nuestras últimas millas – o kilómetros – donde llegamos ya a la capital de las Rías Altas, A Coruña, al cual ya le dediqué un reportaje especial de turismo náutico hace unos meses y que merece atención especial.

Si te gusta el turismo náutico, no te pierdas el siguiente artículo donde analizaremos el turismo náutico en una de las más icónicas islas del Mediterráneo…