Turquía sumerge un avión Airbus A300 para fomentar el turismo subacuático

La última maniobra de Turquía para atraer turismo a sus costas ha sido la inmersión de un Airbus A300 frente a las costas de la ciudad balneario de Kussai.

El hundimiento de este enorme avión comercial en Turquía se ha producido deliberadamente, por las autoridades turcas, a poco más de 22 metros bajo la superficie del mar Egeo con la esperanza de atraer a los buceadores y turistas en general a sus costas.

El Airbus A300 es el avión más grande utilizado como un arrecife artificial, y se tardó dos horas y media para sumergirlo. Los curiosos se contaban por cientos, y desde sus barcos animaban a la inmersión. Los buzos y grúas bajaron el Airbus al fondo del mar, guiando la aeronave en balsas con boyas hasta que el morro del avión finalmente se deslizó por debajo del mar Egeo.

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Ozlem Cercioglu, el alcalde de la provincia de Aydin ha informado que el motivo del hundimiento del avión era doble: convertir Kudadasi en un destino todo el año para los turistas que les gusta el buceo, y para proteger la vida submarina. «Y con estos objetivos en mente,» dijo, «hemos sido testigos de uno de los mayores naufragios en el mundo.»

A raíz de los últimos atentados suicidas, el turismo se ha desplomado en Turquía y esto ha provocado que los comerciantes hayan optado por introducir tácticas como el arrecife artificial de Airbus. Estos arrecifes están diseñados para atraer a los buceadores, aunque por otro lado también provocará acidificación del agua.

Como parte de su iniciativa de creación de arrecifes, las autoridades turcas han hundido recientemente otros tres aviones en la costa turca. El Airbus, comprado a una empresa privada por un importe de $ 92,000, es el más grande.

Los arrecifes artificiales no son nada nuevo. En todo el mundo, los países han reutilizado una gran cantidad de detritus para proporcionales una segunda vida en el fondo marino. Los artículos pueden ser tan mundanos como carros de la compra, o tan grandes e imponentes como un portaaviones (como el USS Oriskany, que ahora descansa en el Golfo de México cerca de Florida).

También se están sumergiendo con el fin de crear arrecifes, obras de arte como las del escultor Jason deCaires Taylor que sumerge esculturas hechas de hormigón de en mares poco profundos para estimular el crecimiento de los corales y las algas y al tiempo que ofrece un lugar para los peces para esconderse de los depredadores.

Los biólogos insisten en que los arrecifes artificiales no deberían confundirse con los vertederos de basura. Cualquier trasto viejo no sirve para que los corales los tomen por su hogar.

A favor existen investigaciones como las que se hicieron en un arrecife en Australia en la que se contaron, tras la instalación del arrecife, diez veces más cantidad de peces en la zona. Sin embargo, algunos expertos marinos, como el biólogo Administración Oceánica y Atmosférica Nacional James Bohnsack, le preocupa que los arrecifes simplemente trasladen los peces, en lugar de proporcionar un espacio para que los animales puedan reponer sus poblaciones.

Esto no quiere decir que el Airbus de Turquía, que carece de una capa superficial adecuada para que se generen corales sobre él, está condenado a fracasar necesariamente. La vida del mar han hecho sus propios planes. En mayo, los oceanógrafos encontraron un avión estadounidense perdido en la Segunda Guerra Mundial, y las fotos lo muestran con incrustaciones de vida oceánica después de 72 años en el fondo del mar.

Cercioglu es optimista en que el arrecife de Airbus de Turquía será un éxito. Se espera que la biodiversidad submarina de Kusadasi aumente y se espera que unos 250.000 turistas nacionales y extranjeros puedan acercarse a la zona para bucear.