Los rapes abisales no te dejarán indiferente
La naturaleza es muy caprichosa y curiosa, hay miles de científicos tratando de entender su funcionamiento y sus razonamientos. Hay especies de animales tan peculiares que cuesta entender como la evolución ha llegado a ese punto, como por ejemplo el caso de los rapes abisales.
El nombre de rape abisal abarca a varias especies, 162 concretamente, del orden Lophiiformes, también son llamados demonios marinos, peces pescadores o peces anzuelo.
Estos rapes habitan en prácticamente todos los océanos de nuestro planeta a profundidades donde la luz del Sol jamás llega, entorno a los 3000 metros de profundidad, aunque se han visto algunos ejemplares a menos profundidad, cerca de los 700 metros aproximadamente.
El cuerno que le sobresale de la cabeza lo usa para atraer a las presas, ya que este se ilumina gracias a la acción de una bacterias especiales que viven en el cuerno.
La gran peculiaridad de estos peces radica en su dimorfismo sexual, es decir, en la diferencia entre machos y hembras. Mientras que las hembras tienen un tamaño de entorno a los 20 centímetros de largo, los machos son una décima parte del tamaño de la hembra o incluso más pequeños aún, depende de la especie.
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Pero eso no es todo, lo más asombroso de estos rapes abisales es que el macho es realmente un parásito. Es decir, los machos son atraídos por las hembras gracias a unas sustancias químicas que éstas liberan, de echo han de encontrarlas en poco tiempo tras salir del huevo puesto sus vidas dependen de ellas, no pueden vivir solos.
Una vez que el macho encuentra a la hembra, la muerde y se aferra a su cuerpo. Entonces el macho fusiona sus tejidos y su sistema circulatorio con el de la hembra. Obtiene los nutrientes de la sangre de la hembra y pierde sus ojos, aletas, dientes y la mayoría de los órganos internos, sirviendo sólo como banco de esperma para cuando la hembra está lista para desovar. Es decir, los machos son parásitos sexuales.
Una vez la hembra ha desovado, el macho muere. Las hembras de rape abisal pueden llegar a tener más de un macho “parásito”, se han llegado a observar hembras con hasta 6 machos cogidos a ellas.
La hipótesis más aceptada para darle explicación a esta curiosa evolución de los rapes abisales, es que el culpable es el hábitat donde viven. En las profundidades marinas, en la perpetua oscuridad, escasean dos cosas esenciales: la comida y la pareja.
Los científicos creen que los rapes abisales han evolucionado hacia este peculiar comportamiento para asegurarse encontrar pareja del sexo opuesto y que esté disponible en el momento de la reproducción y así poder perpetuar la existencia de la especie.
El video que podéis encontrar en este artículo, es la primera vez que se ha podido observar este comportamiento en vivo. Es decir, hasta el momento los científicos conocían estas características de los rapes abisales gracias a la pesca ya que cuando llegaban las hembras pescadas a bordo estaban con los machos aún “parasitándolas”.
La especie de rape abisal del video, se grabó en el océano Atlántico, frente a las costas del archipiélago de las Azores, Portugal. La especie del video ha sido identificada como Caulophryne jordani, y en el video se puede ver perfectamente al macho cogido a la hembra.
Algunos rapes abisales, como el del video, poseen largos filamentos al rededor de su cuerpo que les permiten detectar movimientos en el agua y así facilitarles la captura de sus presas.
Viendo a estos animales, no cabe duda de que la naturaleza es asombrosa. Teniendo en cuenta que apenas hemos empezado a explorar los fondos oceánicos, ¿cuántas especies tan o más asombrosas que los rapes abisales no se habrán descubierto aún?
Comunicadora colaboradora de Nautical News Today especializada en medio ambiente marino, biología marina y ciencias del mar.