Fernanagh Lakelands es un lugar de horizontes abiertos y grandes oportunidades para todo aquel a quien le guste la vida al aire libre. Su paisaje resulta un intrincado de bosques, humedales y parques naturales. Sus impresionantes vistas y sus imponentes panoramas naturales se acompañan del impresionante aire fresco y limpio de este país.
Desde nuestra base de Belturbet hasta las riberas del Erne, se podrá explorar un maravilloso laberinto de islas y agua. Los lagos Lower Erne y Uper Erne cubren una tercera parte del condado y son un auténtico paraíso para los aficionados a la pesca, muy popular en la región y para los deportes acuáticos. Además, la zona ofrece facilidades para la práctica del senderismo, ciclismo o monta a caballo. Para los amantes del golf, cuenta con un resort para la práctica de éste deporte.
Las Fernanagh Lakelands ofrecen una diversidad de islas cubiertas de carrizos y el lago Lower Erne es una de las vías navegables menos frecuentadas de Europa. Allí podremos visitar los castillos de Tully y Caldwell, así como la isla de Boa Island, antes de llegar a Belleek, famosa por su loza esmaltada.
Boa Island es famosa por su figura de Jano de doble cara, una estatua de piedra pagana que se cree data del siglo IV o V. La figura se encuentra en el cementerio de Caldrahg, junto al lago en el extremo oeste de la isla. Cerca de Boa Island se ubica Lutsy beg Island, un pequeño resort con cabañas de madera, muy popular en verano para la práctica de deportes acuáticos.
Una parada obligatoria es Enniskillen, ciudad principal del condado. Conocida como la perla del Ulster, está situada en la isla natural que separa el Lower Erne y el Uper Erne. El centro de la ciudad está construido a lo largo de la estrecha calle Main Street, tan larga que cambia seis veces de nombre a lo largo de su recorrido.
Además de un gran abanico de tiendas y comercios, la ciudad cuenta con un teatro que ofrece un programa muy completo y diverso de entretenimiento. También podremos visitar el castillo y el museo de Enniskillenest y el castillo Coole con su delicioso parque y su casa neoclásica. Los más osados, podrán subir los 108 escalones en espiral del monumento Coles, que llevan a una plataforma de observación con unas magníficas vistas sobre la ciudad y alrededores.
Por otra parte, el Buttermarket Craft y el centro de diseño de la ciudad están situados en el antiguo mercado de leche de principios del s.XIX, donde se pueden ver diversos trabajos de barro y pintura sobre cerámica, fabricación de joyas, textil, esculturas en madera y algunas galerías de artistas. Los visitantes, tienen la posibilidad si así lo desean, de ver a los artesanos trabajando.
La localidad de Belleek es conocida por su loza esmaltada. Su alfarería fue abierta en 1857, lo que la convierte en la más antigua de Irlanda. Es posible su visita, ya que este importante edificio es también una de las mayores atracciones turísticas del país.
Belleek, aunque sea un pequeño pueblo está impregnado de historia, pues cuenta con una mezcla única de herencia histórica. Tiene varios monasterios muy antiguos, castillos e incluso algunos monumentos prehistóricos. Además, en la calle principal del pueblo hay tres pubs típicos irlandeses, una tienda de pesca con un salón de té, una tienda de licores y varios comercios donde encontrar cosas muy interesantes.
Mientras navegamos sobre el lago, podremos visitar el parque forestal de Castlecaldwell y el castillo Archdale, ver los magnificos jardines de Tullycastle, subir la cima de la torre redonda de la isla Devenish o hacer un picnic al lado de la vieja cruz sobre Inishmacsaint. Para los mas deportivos, se podrá parar sobre los pantalanes del Magho y subir al observatorio de Lough Navar.
Navegar por esta zona supone una experiencia muy relajante. Además de disfrutar de este paisaje incomparable, se disfruta simplemente del placer de tener tiempo. Tiempo para decidir que es lo próximo que queremos hacer, tiempo para disfrutar de una copa de vino o un buen whisky como buenos Irlandeses; tiempo para contemplar la vida salvaje que nos rodea o simplemente de tiempo para conversar. Además, hay cientos de lugares donde amarrar para hacer un alto en el camino y disfrutar de la comida típica de la zona. Muchos de los muelles en el lago Erne se encuentran en islas, que se pueden explorar a lo largo de sus senderos y caminos. También cuenta con embarcaderos en Parques forestales, con senderos naturales.
Por otra parte, disfrutar de nuestras vacaciones a bordo de un barco fluvial supone ir con la «casa a cuestas», por lo que se transporta a bordo la comida y bebida que vayamos a consumir, así que se ahorra en gastos extras que normalmente se producen en otro tipo de vacaciones.
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